La danza de Maureen Fleming de puro bella me inspira terror. Es la perfección vacilante de la armonia. Si el alma fuera acróbata se movería como esta mujer.


Imaginistas, futuristas, bio-cósmicos o forjadores, durante las primeras décadas del siglo XX Rusia fue un hervidero de tendencias artísticas. Sus miembros se reunían en el café el Establo de Pegaso.
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