/ El establo de Pegaso: 2016

martes, 26 de julio de 2016

La gata de Schrödinger

La paradoja del gato de Schrödinger es un experimento imaginario concebido en 1935 por el físico Erwin Schrödinger para ilustrar uno de los aspectos más contraintuitivos de la mecánica cuántica, la superposición.


La gatita de Schrödinger
contempla el firmamento y parpadea
¿creerá que si no mira desaparecen las estrellas?
o, simplemente, busca confirmar que está viva.
Ronronea, moviendo lentamente la cabeza,
todo tiene naturaleza dual y ella
podría ser parte o no de una paradoja.
Pero Erwin la ha elegido ‘minina cuántica’
y se entretiene arañando ecuaciones,
quizás ahueca las probabilidades
de ahuyentar a la muerte
enredándolas en ovillos de lana.
Con un cierto desdén, la princesa se atusa,
vigila el infinito,
estimando la posibilidad de conocer
la posición y el momento de una mota de polvo.
Aunque para experimentos exóticos
ella adora las cajas,
limitan su universo,
como todos los espacio clandestinos,
y son óptimas para conjeturar
sobre el comportamiento del átomo.
Humedece las patas, extiende los bigotes,
ignorando la interpretación de Copenhague,
intuye que en algún punto,
entre las moléculas y el canto del mirlo,
debe estar la salida.


Según este experimento, se introducía un gato en una caja de acero junto a una mínima dosis de material radiactivo. La cantidad era tan pequeña que solo existía un 50% de posibilidades de que durante la hora siguiente uno de los átomos decayese; si esto ocurría, se activaría un mecanismo que llenaría la caja de un gas tóxico que provocaría la muerte del gato.
De acuerdo con los principios de la mecánica cuántica, durante el tiempo del experimento, el gato está en una superposición, vivo y muerto al mismo tiempo. Sin embargo, esa circunstancia cambiaría cuando abriésemos la caja para mirar lo que pasa en su interior, ya que en ese momento, volveríamos a la realidad de la física clásica, y el gato estaría o vivo o muerto.
Hace unos meses, investigadores de la Universidad de Yale, en EE.UU., revolucionaron la famosa paradoja demostrando que ‘el felino’ puede estar a la vez vivo y muerto y encontrarse en dos lugares al mismo tiempo.
Tomaron dos recipientes separados y utilizaron ondas de luz de tal manera que solo una longitud de onda podía existir en el recipiente en un momento determinado, proporcionando así dos espacios separados de idénticas características. Los espacios, por su parte, estaban conectados por un corriente superconductor y en su interior se colocaron fotones. Como resultado, los investigadores fueron capaces de proporcionar a los fotones dos estados (como los del gato, vivo y muerto) y observar el mismo estado de fotones en el otro recipiente.
“Con esta arquitectura, somos capaces de introducir un 'gato' hecho de fotones de microondas confinadas, que se propaga a través de ambas cajas", explican los investigadores. "Como tal, su estado en cada cavidad está muy entrelazado con el de la otra, y no se puede describir por separado. Su destino es desconocido para nosotros a menos que abramos las dos cajas a la vez". Es decir, el gato solo está vivo y muerto en las dos cajas al mismo tiempo, nunca si una de ellas se abre.
“Hemos creado una situación nueva y más exótica para el gato de Schrödinger (con un 'tamaño' de momento de hasta 80 fotones), una superposición de estados coherentes de luz que viven y mueren en dos sitios al mismo tiempo”, concluyen.

La gata de Schrödinger fue publicada originalmente en TAM TAM PRESS

martes, 19 de julio de 2016

Después de leer un manual de física moderna para niños


Después de leer un manual de física moderna para niños

Si fuera cierto todo lo que sabe
un físico experimentado sobre la verdad,
entonces cualquier persona,
por mucha inutilidad y suciedad
que haya en nuestro mundo cotidiano,
lo tiene mucho mejor en la vida
que las Grandes Nebulosas
y que los átomos de nuestro cerebro.

El matrimonio casi nunca es perfecto,
pero seguro que debe ser peor
viajar como las partículas
a miles de millas por segundo
por un universo
en el que el beso de tu amante
o bien no se notaría
o bien te rompería el cuello.

Aunque esa cara que veo
cuando me afeito sea cruel
porque año tras año rechaza
a un pretendiente que envejece,
al menos, gracias a Dios, tiene
bastante masa para no deshacerse
y transformarse en una sopa indefinida
que está parcialmente en otro sitio.

Nuestros ojos prefieren
que un lugar habitable
tenga una perspectiva geocéntrica,
que los arquitectos construyan
un sencillo espacio euclidiano:
son mitos agotados, pero ¿quién
estaría como en casa sentado en una silla
que no para de expandirse?

Esta pasión de nuestra especie
por el descubrimiento,
es un hecho casi incuestionable,
pero disfrutaría más
si supiera con mayor claridad
para qué queremos el conocimiento,
y si tuviera la seguridad de que la mente
todavía es libre para saber si quiere saber.

Al parecer esto ya se ha decidido
de una vez por todas,
y ya descubriremos más adelante
si nuestro interés por las magnitudes
extremas puede dar lugar a una
criatura de tamaño mediano,
o si resulta racional en definitiva
hacer política con la Naturaleza.

W. H. Auden (EEUU, 1907-1973)archivo de audio del poema

After Reading a Child's Guide to Modern Physics

If all a top physicist knows
About the Truth be true,
Then, for all the so-and-so's,
Futility and grime,
Our common world contains,
We have a better time
Than the Greater Nebulae do,
Or the atoms in our brains.

Marriage is rarely bliss
But, surely it would be worse
As particles to pelt
At thousands of miles per sec
About a universe
Wherein a lover's kiss
Would either not be felt
Or break the loved one's neck.

Though the face at which I stare
While shaving it be cruel
For, year after year, it repels
An ageing suitor, it has,
Thank God, sufficient mass
To be altogether there,
Not an indeterminate gruel
Which is partly somewhere else.

Our eyes prefer to suppose
That a habitable place
Has a geocentric view,
That architects enclose
A quiet Euclidian space:
Exploded myths - but who
Could feel at home astraddle
An ever expanding saddle?

This passion of our kind
For the process of finding out
Is a fact one can hardly doubt,
But I would rejoice in it more
If I knew more clearly what
We wanted the knowledge for,
Felt certain still that the mind
Is free to know or not.

It has chosen once, it seems,
And whether our concern
For magnitude's extremes
Really become a creature
Who comes in a median size,
Or politicizing Nature
Be altogether wise,
Is something we shall learn.

sábado, 18 de junio de 2016

Líquenes crustáceos


Los líquenes son organismos formados por la simbiosis de un hongo y un alga. El hongo aporta al alga agua y sales minerales y el alga realiza la fotosíntesis, cediéndole materiales orgánicos. Su estrecha unión les permite sobrevivir en las condiciones ambientales más adversas.

Líquenes crustáceos

Aferrados a la roca, los líquenes
recuerdan la mirada desvalida de los perros
la caricia frágil de los vagabundos
esbozando sobre el lomo con ternura
los contornos de lo inhóspito.
Con la pasión de los seres que se saben imperfectos,
hongos y algas se aman sin condiciones,
se estrechan,
comparten su mendrugo de rocío y luz
y van creciendo lentos
Hay quien dice que se miran a los ojos
absorben su agonía
y boca a boca, dulcemente, la transforman
en latidos silenciosos
que penetran la piedra.
Bajo pieles minerales
los líquenes disuelven la carne arenosa
en abstracción lírica
como el jinete azul disuelve
la calma invariable del paisaje.
Hay quien dice que son una quimera
en el espinazo de las rocas,
colores cabalgando en un reino sin reino.

El jinete azul (Der blaue reiter), Wassily Kandinsky (1903)

Los líquenes crustáceos son el grupo más numeroso. Fuertemente adheridos al sustrato y en muchos casos penetrándolo, tienen un crecimiento muy lento —unos pocos milímetros por año—. La mayoría son saxícolas (viven sobre la roca).
Para comprobar sus reacciones al espacio exterior, se envió a la Estación Espacial Internacional una maleta con organismos vivos, entre ellos líquenes, que no solo sobrevivieron durante 18 meses a la exposición directa al espacio, sino que de vuelta a la Tierra ‘despertaron’ y continuaron creciendo. La recuperación de su actividad biológica ha sido “sorprendente” y en algunos casos mostraron tasas fotosintéticas incluso superiores a las que poseían antes de su viaje espacial.

La vida secreta de los líquenes:

Esta entrada fue publicada originalmente en la sección de ciencia y poesía de Tam Tam Press

martes, 31 de mayo de 2016

Números de Feigenbaum 4.6692016090




4.6692016090

Me siento extrañamente atraído por la idea de que los
números de Feigenbaum
podrían traer un orden no lineal a mi vida. La manera
en la que manos y muslos sudan en el momento del desayuno
mi reloj comienza caótico -Yo lo llamo mi efecto mariposa-
Las marmotas suspirarían con alivio ocasional
en los grados de libertad de sus propios días
dentro de los días
¿Has notado cómo los árboles jóvenes se sienten aliviados
de la elección de crecimiento al azar de las ramas en ciernes
y como nuestras venas toman generosamente el sol en la creencia
de la libre voluntad, ciegas a las probabilidades asignadas de Poincaré
en la búsqueda infinita de luz y vida? La vida
tal como la conocemos colgada en una ley de potencia y bailes
en las puntas tenues del árbol de la tierra donde se retuerce constantemente
y alimenta las fuerzas numéricas inevitables de su interior.
Tal vez Mandelbrot tenía razón al definir la superficie de un fractal
como un viaje, dentro de los límites establecidos, verdaderamente infinito.

Poema de Lew Watts de su libro "Lessons for Tangueros"

4.6692016090


I am strangely attracted to the thought that the
Feigenbaum Constant
could bring non-linear order to my life. The way
my hands and thighs sweat at breakfast the instant
my chaotic clock starts – I call it my butterfly
effect – groundhogs would sigh with causal relief
at the degrees of freedom of their own days
within days
Have you ever noticed how young trees are relieved
of the choice of growth by randomly budding branches
and veins, like our own, handsomely basking in the belief
of free will, blind to Poincare’s mapped chances
in the endless search for light and life? Life
as we know it hangs on a power law and dances
at the tenuous tips of earth’s tree where it constantly writhes
and feeds inevitable numerical forces within it.
Perhaps Mandelbrot was right that a fractal’s surface defines
a journey, within set boundaries, that is truly infinite.

Los números o constantes de Feigenbaum son dos números reales descubiertos por el matemático y físico Mitchell Feigenbaum en 1975. Ambos expresan cocientes que aparecen en los diagramas de bifurcación de la teoría del caos.
En matemáticas, algunos mapas con un único parámetro lineal exhiben aparentemente un comportamiento aleatorio conocido como caos, cuando el parámetro se encuentra dentro una región. A medida que el parámetro se acerca hacia esta región, el mapa sufre una bifurcación a valores precisos del parámetro. En la primera bifurcación hay un punto estable, después una oscilación entre dos valores, después entre cuatro valores y así sucesivamente.
En 1975, Feigenbaum descubrió que la proporción de la diferencia entre los valores en que estos sucesivos períodos de duplicación bifurcación se producen, tiende a un valor constante, aproximadamente de 4.6692… Posteriormente, obtuvo una demostración matemática de este hecho y luego puso de manifiesto que con la misma constante matemática se produce el mismo comportamiento antes del inicio del caos para una amplia clase de funciones matemáticas. Por primera vez, este resultado universal permitió a los matemáticos dar los primeros pasos hacia el entendimiento del comportamiento aparentemente “aleatorio” de los de sistemas caóticos. Esta “proporción de convergencia” es conocida como la primera constante de Feigenbaum.

viernes, 6 de mayo de 2016

Emily Dickinson, dos poemas


632

El cerebro -es más extenso que el cielo-
pon uno al lado del otro-
y lo contendrá
fácilmente- y a ti –también-

el cerebro es más profundo que el mar -
sostenlos -azul contra azul-
uno absorberá al otro-
como la esponja -al cubo-

El cerebro es justo el peso de Dios-
pésalos libra por libra-
se distinguirán -si es que se pueden distinguir-
como la sílaba del sonido-

632

The Brain—is wider than the Sky—
For—put them side by side—
The one the other will contain
With ease—and You—beside—

The Brain is deeper than the sea—
For—hold them—Blue to Blue—
The one the other will absorb—
As Sponges—Buckets—do—

The Brain is just the weight of God—
For—Heft them—Pound for Pound—
And they will differ—if they do—
As Syllable from Sound—


100 Una ciencia

Una ciencia –a la que los eruditos llaman,
“Anatomía Comparada”-
Porque con un único hueso-
Se revela el secreto
Del raro inquilino del molde
El resto pereció en la piedra-

Pero para el perspicaz ojo que se fija
La flor más humilde de aguamiel
Tras un día de invierno
Representa al oro
De la rosa y del lirio, numerosas,
e incontables mariposas.

A science

A science—so the Savants say,
"Comparative Anatomy"—
By which a single bone —
Is made a secret to unfold
Of some rare tenant of the mold,
Else perished in the stone—

So to the eye prospective led,
This meekest flower of the mead
Upon a winter's day,
Stands representative in gold
Of Rose and Lily, manifold,
And countless Butterfly!

Emily Dickinson (10 de diciembre de 1830-15 de mayo de 1886,
Massachusetts, EEUU)

miércoles, 13 de abril de 2016

Las ciencias cantan una nana



Las ciencias cantan una nana

La Física dice: ya es la hora de ir a dormir. Desde luego
que estás cansado. Cada uno de tus átomos
ha estado bailando Shimmy con zapatos plateados
sin parar desde la mitosis hasta ahora.
Deja de mover los pies. Continuarán bailando solos,
por si mismos. Vete a dormir.

La Geología dice: todo estará bien. Lentamente,
poco a poco, América se va entregando
al océano. Vete a dormir. Deja que la oscuridad
se acueste a tu lado. Dale espacio.
No estás solo. Antiguamente todos los continentes
fueron uno. No estás sólo. Vete a dormir.

La Astronomía dice: el sol saldrá mañana,
la Zoología lo confirma: en el pez arco iris y la ágil gacela
la Psicología puntualiza: pero antes tiene que hacerse de noche, entonces
la Biología añade: que los relojes del cuerpo se detienen en toda la ciudad
y
la Historia concluye: aquí tienes, las mantas, una sobre otra
hacia abajo.

The Sciences Sing a Lullabye de Albert Goldbarth

The Sciences Sing a Lullabye

Physics says: go to sleep. Of course
you’re tired. Every atom in you
has been dancing the shimmy in silver shoes
nonstop from mitosis to now.
Quit tapping your feet. They’ll dance
inside themselves without you. Go to sleep.

Geology says: it will be all right. Slow inch
by inch America is giving itself
to the ocean. Go to sleep. Let darkness
lap at your sides. Give darkness an inch.
You aren’t alone. All of the continents used to be
one body. You aren’t alone. Go to sleep.

Astronomy says: the sun will rise tomorrow,
Zoology says: on rainbow-fish and lithe gazelle,
Psychology says: but first it has to be night, so
Biology says: the body-clocks are stopped all over town
and
History says: here are the blankets, layer on layer, down and down.

Poema incluido en la antología "The Kitchen Sink: New and Selected Poems, 1972-2007"

martes, 5 de abril de 2016

La calabaza celestial


“Sigue la calabaza para beber
porque el viejo te está esperando
para llevarte a la libertad”

“Follow the drinking gourd” (“Sigue la calabaza para beber”) es una canción popular estadounidense que oculta un mensaje en su letra. Se dice que fue usada por los esclavos como un mapa y que seguir la ‘calabaza’ significaba marchar siempre hacia el Norte, hacia la libertad.
La calabaza celeste era el nombre en clave que daban al grupo de siete estrellas más visibles de la Osa Mayor, que apunta a la Estrella Polar, conocida también como ‘el Cazo’, ‘el Gran Cucharón’ o ‘el Carro’ y que en la noche orientaba a los fugitivos que huían hacia los estados del norte y Canadá.

La calabaza celestial

Amanece y canta la primera codorniz,
se acuesta la Osa Mayor.
El aroma de café llega de la cocina,
se levanta mi sueño
fundiéndose en el cazo
con el que calientas la leche.
Yo, como dice la canción,
“Sigo la calabaza para beber,
porque me espera el viejo
para llevarme a la libertad”.
En la radio escucho que se desploman las bolsas,
que al menos 28 personas han muerto en Damasco…
Queda esperanza
si en el claro cantan todavía las codornices,
y apuro el café
brindando por la Osa Mayor que,
entre las sábanas,
se apaga guardando la forma de tu cuerpo.
“La orilla del río es un buen camino.
Lo señalan los árboles muertos”,
dice la canción.
En la radio escucho
que las mariposas emigran más al norte
y que los abejorros están desapareciendo.
En mi cabeza dibujo una línea imaginaria
uniendo a las estrellas más brillantes del ‘Cazo’,
—un nombre que si no eres aficionado a la astronomía
carece de interés—,
y recuerdo que tengo que pedir un deseo.
¡Cómo añoro los días en los que las luciérnagas
iluminaban hasta después de medianoche
el firmamento de hierba, junto a nuestros pies!
La penumbra levanta el vuelo,
diluye los olores,
para atrapar su aroma
pongo al fuego otra cafetera,
en este hemisferio del cielo.
Esperaré a una noche sin luna
para contarte que murió el almendro
y que sus restos viajan en el río,
entre las colinas,
velados por la Estrella Polar.
Despojo al cazo de los últimos rastros de la vía láctea,
lo aclaro y enmudece el bosque.
Al norte,
el horizonte se tiñe con el color de tus zapatos,
un púrpura que desafía la tinta de los mapas,
acariciando las ventanas,
las cortinas
y parte de tu brazo mientras apagas la radio.
La magia se esconde en el cajón de los cubiertos,
envuelta en el gran cucharón,
para que el filo no hiera el canto de las codornices.
Llegó la hora de cubrir los pasos
con restos de fuego y posos de café
hasta el atardecer.



En los años anteriores a la Guerra Civil norteamericana existía una organización antiesclavista, conocida como Underground Railroad (Ferrocarril Subterráneo), formada por un grupo de blancos que ayudaba a escapar a los esclavos de las plantaciones del sur. La calabaza celeste era un mapa cantado de la ruta que se extendía desde la desembocadura del río Tombigbee, en el Golfo de México, hasta la confluencia de los ríos Ohio y Tennesse, y que duraba más o menos un año.

follow the drinking gourd

When the sun goes back
and the first quail calls
Follow the drinking gourd
The old man is a-waitin’ for
to carry you to freedom
Follow the drinking gourd.
The river bed makes a mighty fine road,
Dead trees to show you the way
And it’s left foot, peg foot, traveling on
Follow the drinking gourd
The river ends between two hills
Follow the drinking gourd
There’s another river on the other side
Follow the drinking gourd
Where the great big river meets the little river
Follow the drinking gourd
The old man is awaiting for to carry you to freedom
If you follow the drinking gourd.

cancion osa mayor.jpg

Esta entrada fue publicada originalmente en la sección de Ciencia y Poesía de Tam-Tam Press

miércoles, 23 de marzo de 2016

Lágrimas de sirena


Cada kilómetro del océano contiene una media de 74.000 fragmentos de plástico. Las conocidas como ‘lágrimas de sirena’ son minúsculas bolas de este material – no alcanzan los cinco milímetros de diámetro– que se extienden por las aguas de todo el mundo y que se han convertido en una amenaza global.

Lágrimas de sirena

En el limbo de los giros oceánicos,
nuestro reino flotante, hermoso como la trucha arcoíris,
se derrama en lágrimas de sirena.
Tapones azul cobalto, botellas esmeralda,
bolsas brillantes con el color de la púrpura de Tiro…
vagan en las aguas del Mar del Desdén –entre las coordenadas
135 a 155 grados Oeste y 35 a 42 grados Norte–.
Un espejismo de confort duerme el sueño de los justos
en las aguas del Mar de la Indiferencia
–entre el paralelo 22 y 38 grados Norte–.
Atrapados en redes fantasmas
envases de champú verde nilo
chinelas havaianas magenta
bricks de zumo ámbar,
maromas azul glaciar…
pintan archipiélagos cubistas que tienden a lo abstracto,
desgranándose en prismas,
disolviendo colores en verdugos celestes,
en souvenirs cándidos, casi transparentes,
como las huevas de los peces, como la espuma,
como la piel de Moby-Dick.

La basura se concentra sobre todo en cinco de los giros oceánicos de la Tierra formando islas que, en contra de lo que se suele pensar, no son sólidas sino vertederos de sopa plástica formados por partículas que pueden llegar a ser muy pequeñas, incluso microscópicas. El plástico no se biodegrada, se fotodegrada desintegrándose en fragmentos cada vez más pequeños y, en esta forma, es todavía más peligroso, ya que los organismos planctónicos diminutos consumen las partículas y otros animales más grandes se alimentan de ellos, avanzando así en la cadena trófica. No es improbable que trocitos del bote de champú o de las chinelas havaianas puedan acabar en nuestra mesa.

Documental Océanos de Plástico:



Esta entrada fue publicada originalmente en la sección de ciencia y poesía de Tam-Tam Press

El poema fue leído por Enric Culat, director-presentador del magazín de ciència i mediambient “Balears fa Ciència” en IB3, con motivo del Día Mundial de la Poesía

viernes, 18 de marzo de 2016

El mapa de Elizabeth Bishop

Atlas ilustrado por Aleksandra Mizielinska y Daniel Mizielinski  

El mapa

La tierra yace en el agua; es un verde sombreado.
¿Sombras, o es que son bajíos, en sus orillas
mostrando la línea de extensos arrecifes
donde las algas cuelgan desde el verde hasta el simple azul?
¿O acaso la tierra se reclina para levantar al mar desde abajo,
tirando de él por todos lados sin perturbarlo?
¿Empuja la tierra desde abajo al mar
a lo largo de la hermosa plataforma de arena curtida y fina?

La sombra de Terranova se tiende plana e inmóvil.
La de Labrador es amarilla, donde el distraído esquimal
ha derramado aceite. Podemos acariciar esas bellas bahías,
bajo un cristal, como esperando su floración,
o como si colocáramos una pecera limpia para peces invisibles.
Los nombres de los poblados costeros huyen hacia el mar,
los nombres de las ciudades cruzan las montañas vecinas
—aquí el impresor experimenta el mismo entusiasmo
como cuando la emoción, por mucho, excede la causa.
Estas penínsulas sujetan el agua entre
índice y pulgar
como cuando una mujer sujeta la suave tela.

Las aguas de los mapas son más silenciosas que la tierra,
le dejan a ella la conformación de sus olas:
y la liebre de Noruega se precipita agitada hacia el sur,
los contornos estudian el mar donde yace la tierra.
¿Se les asignan los colores o es que los países pueden elegirlos?
—Lo que mejor acomode al carácter o las aguas nativas.
La topografía no muestra predilecciones; el norte tan cerca como el oeste.
Más delicados que los historiadores son los responsables de escoger los colores
de los mapas.

Elizabeth Bishop de su poemario “Norte y Sur”, (1946). Traducción de Gabriela Cantú Westendarp


The map

Land lies in water; it is shadowed green.
Shadows, or are they shallows, at its edges
showing the line of long sea-weeded ledges
where weeds hang to the simple blue from green.
Or does the land lean down to lift the sea from under,
drawing it unperturbed around itself?
Along the fine tan sandy shelf
is the land tugging at the sea from under?

The shadow of Newfoundland lies flat and still.
Labrador's yellow, where the moony Eskimo
has oiled it. We can stroke these lovely bays,
under a glass as if they were expected to blossom,
or as if to provide a clean cage for invisible fish.
The names of seashore towns run out to sea,
the names of cities cross the neighboring mountains
-the printer here experiencing the same excitement
as when emotion too far exceeds its cause.
These peninsulas take the water between thumb and finger
like women feeling for the smoothness of yard-goods.

Mapped waters are more quiet than the land is,
lending the land their waves' own conformation:
and Norway's hare runs south in agitation,
profiles investigate the sea, where land is.
Are they assigned, or can the countries pick their colors?
-What suits the character or the native waters best.
Topography displays no favorites; North's as near as West.
More delicate than the historians' are the map-makers' colors.

Poemas de Elizabeth Bishop (Worcester, 8 de febrero de 1911 - Boston, 6 de octubre de 1979)

jueves, 3 de marzo de 2016

Los vencejos




Los vencejos
Los vencejos no cantan:
lo que saben hacer bien
es dormir en vuelo,
moviéndose siempre más y más alto
casi en su totalidad
su existencia es aérea, posándose
sólo en el nido, para poner los huevos,
criar a sus hijos y regresan
de nuevo a las rutas del aire
para enseñar
el arte del vuelo de alta velocidad
con las alas hacia atrás, en flecha,
y los cuerpos aerodinámicos:
cuando descienden los vencejos
no pueden posarse, se aferran
con sus uñas en forma de gancho
a las paredes y gatean
en lugares protegidos, en los huecos
de los aleros y las torres de las iglesias
donde pueden anidar. Los visitantes del verano
que siempre parecen a punto de salir
cuando finalmente lo hacen
chillan a centenares
que ha llegado la hora,
que les espera el sur,
que el que se retrase
sólo tendrá el frío para explorar
porque los apetitosos insectos
ya no estarán allí.

Charles Tomlinson,  (1927 – 2015) Audio The Complete Poems






Vencejos, “las aves de nunca parar”. Comen, beben, copulan y hasta duermen en el aire. Sólo reposan para incubar y alimentar a los pollos. El resto del año, 24 horas al día, vuelan y duermen a gran altura. Si cayesen al suelo no podrían levantarse. Como indica su nombre científico (Apus significa en griego ‘sin patas’), tienen tan atrofiadas las extremidades inferiores que es como si no existieran. Apenas pequeñas garras para colgarse unos segundos de riscos y paredes.

jueves, 25 de febrero de 2016

Poder de Adrienne Rich



Poder
Vida en los sedimentos de tierra de nuestra historia
Hoy una excavadora sacó a la luz de un flanco de tierra desmoronada
una botella color ámbar perfecta con un remedio
centenario para la fiebre o un tónico para la melancolía
para vivir en esta tierra en los inviernos de este clima.
Hoy leía sobre Marie Curie:
debe haber sabido que enfermaba de radiación
su cuerpo bombardeado durante años por el elemento
que ella misma había purificado.
Parece que negó hasta el final
el origen de las cataratas de los ojos
de la piel agrietada y supurante de las yemas de los dedos
hasta que ya no pudo sostener un tubo de ensayo o un lápiz.
Murió como mujer famosa negando
sus heridas
negando
que sus heridas provenían de la misma fuente que su poder.
Adrienne Rich (1929 – 2012) 

Power - Poem by Adrienne Rich en inglés.

Marie Curie sufrió una anemia perniciosa causada por las largas exposiciones a la radiación. Falleció el 4 de julio de 1934 en la Alta Saboya. Vídeo sobre la radioactividad



martes, 16 de febrero de 2016

Pitágoras toca la lira




¿Cuál es la cosa más sabia? Número.
¿Cuál es la más hermosa? Armonía.
“Sobre el modo de vida pitagórico”

Jámblico (siglo 3 dC)


Pitágoras toca la lira

Pitágoras toca la lira
rodeado de matemáticos.
Cantamos himnos mientras el tañe
las cuerdas:

Descubrimos
la ley del cosmos:
Todo es número!
Proporciones misteriosas!
Desde la manera de vibrar las cuerdas
a las relaciones armónicas
hacen el sonido de la música
como el cielo.
Los granos sagrados brotan
en los campos cercanos.
Todos los animales son parte
de nuestra familia.
En el intervalo entre
la tierra y el firmamento
planetas en círculo y murmullos
en concierto.
Cada uno una nota
en la gran sinfonía
de la creación.
Guardamos
su secreto más íntimo.

La música se elevaba en el aire
como el humo de incienso quemado
para complacer a los dioses que nos miran
tocar y pasar.

Sarah Glaz, profesora de matemáticas en la Universidad de Connecticut y poeta.





Pythagoras plays his lyre
surrounded by mathematicians.
We sing paeans as he strikes
the cords:
We discovered the
law of the cosmos:
All is number!
Mysterious proportions!
The way strings vibrate
to harmonic ratios
makes music sound
like heaven.
The sacred beans sprout
in the nearby elds.
All animals are part
of our family.
In the interval between
earth and the firmament
planets circle and hum
in concert.
Each One a note
in the grand symphony
of all creation.
We guard
its innermost secret.
The music wafts upward
like smoke from burnt incense
pleasing the gods who watch us
play and pass.
Sarah Glaz  “Pythagoras plays his lyre”  publicado en Journal of Humanistic Mathematics


viernes, 15 de enero de 2016

Sirio y la máquina de H. G. Wells

El año luz es una medida de longitud —la distancia que recorre la luz en un año—. Cuando decimos que Sirio está a 8,6 años luz, significa que la luz que proviene de ella ha tardado ese tiempo en llegar a nuestros ojos nosotros. El brillo de las estrellas que vemos nos lleva al pasado del Universo.


Sirio brilla en el cielo a 8,6 años luz

Sirio brilla en el cielo nocturno,
a una distancia de 8,6 años luz,
sus fotones atraviesan el espacio
y mi retina, como la máquina de H. G. Wells,
viaja al firmamento de ocho años atrás,
cuando la estrella de Lehman Brothers todavía no había colapsado,
y Fukushima aún era una ‘isla afortunada’.
El nervio óptico conduce las partículas de luz
desde la constelación del Can Mayor a mi conciencia,
en el trayecto el templo de Bel, en Palmira, ha sido destruido.
Rodeada de miles de destellos
interpreto la noche estrellada
creando un universo sin fisuras,
en el que lo que imagino, existe.
Y encadenando las señales de luz,
casi hasta el infinito,
en una secuencia que va más allá el límite del ojo.
El viento mece la hierba cana, arrastra los vilanos,
tenues filamentos galácticos suspendidos como sílfides
en el límite de lo transparente a la luz ultravioleta.
Contemplo un resplandor que ya fue,
este destello de Sirio
coincide con la violenta explosión de la supernova 2006gy
detectada por el telescopio Chandra X-Ray
y que ocurrió en la constelación de Perseo
unos 240 millones de años antes,
cuando las flores todavía no adornaban la Tierra
y las libélulas gigantes batían sus alas entre los helechos.
Encadenando las señales de luz
tejo una red de conexiones
que se adentra a la deriva hacia el horizonte de partículas
e imagino a estas criaturas cazando a sus presas
al resplandor de las explosiones estelares del Cámbrico.
Perfilo la escena, voy atrás en el tiempo
y veo la semilla algodonosa de la hierba cana
flotando como neblina cósmica ante mis ojos.


En septiembre 2006, el telescopio Chandra de rayos X detectó la explosión estelar más grande observada hasta entonces, la de la Supernova 2006gy, en la constelación de Perseo, alejada aproximadamente 238 millones de años luz. Los fotones de ese cataclismo comenzaron a viajar en el triásico cuando las tierras estaban unidas formando el supercontinente Pangea. El universo que vemos es una máquina del tiempo y con la ayuda de telescopios podemos retroceder hasta su infancia, cuando ni siquiera existía la Vía Láctea.


Esta entrada se publicó originalmente en la sección de Ciencia y Poesía de Tam Tam Press