/ El establo de Pegaso: septiembre 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Raúl Zurita

El Ascenso Del Pacífico



Se encumbró entonces el océano
y nuestras pupilas miraban el portento
sin todavía creerlo
Escuchamos de nuevo las rompientes, las
infinidades de islas
subiendo igual que estrellas sobre el cielo
Allí está el Pacífico hombre, allí, encima,
de nuestras cabezas
y no lo crees y tus ojos lloran
y no puedes entenderlo y tus ojos lloran
todos los que amamos son el mar

Todo lo que amamos es el mar
América es un mar con otro nombre


Diálogo De Chile

Verás un mar de piedras
Verás margaritas en el mar
Verás un Dios de hambre
Verás el hambre
Verás figuras como flores
Verás un desierto
Verás el mar en el desierto
Verás tu odio
Verás un país de sed
Verás acantilados de agua
Verás nombres en fuga
Verás la sed
Verás amores en fuga
Verás el poco amor
Verás flores como piedras
Verás sus ojos en fuga
Verás cumbres
Verás margaritas en las cumbres
Verás un día blanco
Verás que se va
Verás no ver
Y llorarás


Raúl Zurita (Santiago,Chile;1950),

Poemario Anteparaíso y El amor de Chile en Memoria chilena

viernes, 24 de septiembre de 2010

W.H. AUDEN




En Memoria de W. B. Yeats

Desapareció al final del invierno:
los arroyos estaban helados y los aeropuertos casi vacíos;
la nieve desdibujaba las estatuas públicas
y el mercurio se hundía en la boca del día moribundo.
Los datos de que disponemos coinciden
en que el día de su muerte fue oscuro y frío.

Lejos de su enfermedad
los lobos rondaban los bosques siempre verdes,
los ríos campestres no se dejaron seducir por los muelles elegantes
y las lenguas de luto
ocultaron la muerte del poeta a sus poemas.

Pero para él fue su última tarde como él mismo,
una tarde de enfermeras y rumores;
las provincias de su cuerpo se revelaron,
las plazas de su mente se quedaron vacías,
el silencio invadió los suburbios,
sus sentimientos se detuvieron, él se convirtió en sus admiradores.

Ahora está disperso en un centenar de ciudades,
condenado al afecto de desconocidos,
a encontrar la felicidad en otro tipo de bosques,
a ser juzgado por un código de conciencia extranjero.
Las palabras de un hombre que ha muerto
se alteran en la conciencia de los vivos.

Pero en la importancia y el ruido de mañana,
cuando los corredores gritan como animales en la Bolsa
y los pobres siguen con el sufrimiento al que ya están acostumbrados
y cada cual, en su agujero, está casi convencido de su libertad,
unos pocos miles pensarán en el día de hoy
como en un día en que se hizo algo excepcional.

Los datos de que disponemos coinciden
en que el día de su muerte fue oscuro y frío.

In Memory of W. B. Yeats




W. H. Auden (Wynstan Hugh Auden), británico nacionalizado estadounidense, nació en York, 1907, y murió en Viena en 1973.

Entrevista realizada al poeta por Michael Newman

martes, 21 de septiembre de 2010

Milonga del ángel de Astor Piazzolla

El ángel de Piazzolla me ha rozado la punta de los dedos



El ángel de la milonga
me ha rozado la punta de los dedos
y las yemas
se han abierto al tacto
como flores.
Puedo sentir caer la oscuridad sobre la seda
y a la luz
desgranar el maíz.
El azul marengo del sombrero
me humedece la cara
como esa lluvia fina y tenaz que llaman calabobos.






Mural en Berisso (La Plata) de Susana Velasco y Cristian del Vitto.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Las rosas de Ramón María del Valle-Inclán

Rosa gnóstica, Rosa de Zoroastro, Rosa métrica, Rosa del reloj, Rosa de Saulo, Rosa de Job, Rosa hiperbólica, Rosa del caminante, Rosa del Paraíso..., todas en el poemario El Pasajero (1920) y La Rosa de sanatorio de La Pipa de Kif (1919).




Rosa del reloj

Es la hora de los enigmas,
cuando la tarde del verano,
de las nubes mandó un milano
sobre las palomas benignas.
¡Es la hora de los enigmas!

Es la hora de la paloma:
sigue los vuelos la mirada
de una niña. Tarde rosada,
musical y divina coma.
¡Es la hora de la paloma!

Es la hora de la culebra:
el diablo se arranca una cana,
cae del árbol la manzana
y el cristal de un sueño se quiebra.
¡Es la hora de la culebra!

Es la hora de la gallina:
el cementerio tiene luces,
se santiguan ante las cruces
las beatas, el viento agorina.
¡Es la hora de la gallina!

Es la hora de la doncella:
lágrimas, cartas y cantares,
el aire pleno de azahares,
la tarde azul, solo una estrella.
¡Es la hora de la doncella!

Es la hora de la lechuza:
descifra escrituras el viejo,
se quiebra de pronto el espejo,
sale la vieja con la alcuza.
¡Es la hora de la lechuza!

Es la hora de la raposa:
ronda la calle una vihuela,
porta la vieja a la mozuela
un anillo con una rosa.
¡Es la hora de la raposa!

Es la hora del alma en pena:
una bruja en la encrucijada,
con la oración excomulgada
le pide al muerto su cadena.
¡Es la hora del alma en pena!

Es la hora del lubricán:
acecha el mochuelo en el pino,
el bandolero en el camino,
y en el prostíbulo Satán.
¡Es la hora del lubrican!


Rosa Gnóstica

Nada será que no haya sido antes.
Nada será para no ser mañana.
Eternidad son todos los instantes,
Que mide el grano que el reloj desgrana.

Eternidad la gracia de la rosa,
y la alondra primera que abre el día,
Y la oruga, y su flor la mariposa.
¡Eterna en culpa la conciencia mía!"

Al borde del camino, recostado
como gusano que germina en lodo,
siento la negra angustia del pecado,
Como la divina aspiración al Todo.

El gnóstico misterio está presente
en el quieto volar de la paloma,
y el pecado del mundo, en la serpiente
que muerde el pie del ángel que la doma.

Sobre la eterna noche del pasado
Se abre la eterna noche del mañana.
¡Cada hora, una larva del pecado!
¡Y el símbolo, la sierpe y la manzana!.

Guarda el Tiempo el enigma de las Formas,
como un dragón sobre los mundos vela,
y el Todo y la Unidad, supremas normas,
tejen el Infinito de su estela.

Nada apaga el hervor de los crisoles,
en su fondo sellada está la eterna
idea de Platón. Lejanos soles
un día encenderán nuestra caverna.

Mientras hilan las parcas mi mortaja,
una cruz de ceniza hago en la frente;
el tiempo es la carcoma que trabaja
por Satanás. ¡Y Dios es el Presente!.

¡Todo es Eternidad! ¡Todo fue antes!
¡Y todo lo que es hoy será después,
en el Instante que abre los instantes,
y el hoyo de la muerte a nuestros pies!

Del libro El Pasajero




Rosa de sanatorio

Bajo la sensación del cloroformo
me hacen temblar con alarido interno,
la luz de acuario de un jardín moderno.
y el amarillo olor del yodoformo.

Cubista, futurista y estridente,
por el caos febril de la modorra
vuela la sensación, que al fin se borra,
verde mosca, zumbándome en la frente.

Pasa mis nervios, con gozoso frío,
el arco de lunático violín;
de un si bemol el transparente pío

tiembla en la luz acuaria del jardín,
y va mi barca por el ancho río
que divide un confín de otro confín.

De La Pipa de Kif



Poema en audio: Rosa de Job de Ramón del Valle Inclán por Ramón del Valle Inclán



Ramón del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa 1866, Santiago de Compostela 1936)

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tres poemas de Laura Yasan





Genealógica

las hijas del nuevo mundo
son blancas como las luces de los shoppings
pálidas como los panes de mc donald's
translúcidas lágrimas finales de best sellers

las madres huérfanas de las hijas del nuevo mundo
fuimos oscuras habitantes de hotel
tuvimos negras maneras de mirar
queríamos la vida en símbolos extraños
películas de bergman

las paridoras frígidas de las madres huérfanas de las hijas del nuevo mundo
querían una historia sumergida en channel
casarse vírgenes con una réplica de cary grant
tener muñecas rubias de mejillas rosadas
mascadoras de chicle leyendo mujercitas

las hijas huérfanas de las madres frígidas del viejo mundo
queríamos las curvas mullidas de la marylin
y el aspecto latino de una amante del che

pero ellas
las nietas de la decadencia
las hijas del imperio del nuevo mundo
sólo desean ser
delgadas como un tallo
livianas como el ala de una mariposa
anhelan despertar
con los dedos más largos cada día
para hundirlos hasta el fin de sus amígdalas
y vomitar sin voluntad
lo que resta del siglo.

Del poemario Cotillón para desesperados. Editorial La Bohemia, Buenos Aires (2001)



Crimen semántico

detener en el aire
la taza
del desayuno
y con cierta solemnidad
cierta lujuria
llamar la atención
del núcleo familiar
para decir

quiero matar a alguien
y hacer collares con sus tripas


esperar la reacción
y después
libre de tal peso semántico
terminar el café
o comenzar un día diferente

De Doble de Alma. Editorial Libros de Tierra firme (1995)


Visita guiada

es una falla que confronta
el deseo de ir y un lugar que no existe

yo vivo ahí

es un renglón que nunca se interrumpe
y el carro de una remington cuando encuentra su tope
soy la velocidad y el punto muerto
la aguja del electro rayando en el papel un coma cuatro

yo vivo ahí

siempre tengo albañiles reparando
el desgaste brutal de la fricción
un desfile de obreros articulando andamios
todo el día sudando sobre el techo
mezclando cal y arena con sus brazos tatuados
con su lenguaje sucio

yo vivo ahí

soy una obra en construcción que se derrumba
[en forma permanente
un defecto sutil de nacimiento
la vida como un thriller
una montaña rusa
mejor no me visites
entrás en esa puerta giratoria y no hay como salir

yo vivo ahí

dicen que el arquitecto era un tipo elegante

De Tracción a sangre. Editorial La Bohemia (2004)

Laura Yasan, Buenos Aires, 1960.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un poema de Gloria Bosch



Sin título

Nanas soñadas

arrullando las noches,

proyectan ausencias

despiertan silencios

Laten con fuerza golondrinas

bajo un cielo cubierto de otoño,

volando hacia un sur imaginario,

donde anidan locos y genios

Niño triste ríe alto, ríe fuerte,

agita el magma dulce

en el fondo de los hombres,

rompe los posos del tiempo

con la furia de tus risas

para que prendan fuegos a tu paso,

y el amor te sorprenda jugando

Así te reconoceré y así me sentirás,

refugiada en tu mirada

entre las risas y las sombras

Gloria Bosch es autora del libro de relatos Besos para las ranas, publicado en Calima Ediciones

viernes, 10 de septiembre de 2010

Emily Dickinson Poema 128


Tráeme el atardecer en una copa

Poema 128



Tráeme el atardecer en una copa,
cuenta los frascos de la mañana
y dime cuánto rocío hay;
y dime hasta dónde se movió la mañana,
dime a qué hora duerme el tejedor-
que urdió la amplitud del azul.

Ponme por escrito cuántas notas componen
el nuevo éxtasis del petirrojo
entre las asombradas ramas-
cuántos viajes emprende la tortuga-
cuántas copas comparten las abejas,
libertinas del rocío.

Y también, quién alzó los pilares del arco iris,
y quién conduce las dóciles esferas
con cuerdas de azul flexible.
¿Qué dedos sujetan las estalactitas -
quién lleva cuenta de la plata de la noche,
para saber si alguien está en deuda?.

¿Quién construyó esta cabaña
y cerró sus ventanas de tal modo
que mi espíritu no es capaz de ver?
¿Quién me permitirá salir, algún día de fiesta,
breve pompa,
con aparejos de vuelo?.

Emily Dickinson (1830–86). Nature



Bring Me The Sunset In A Cup
poem 128


Bring me the sunset in a cup,
Reckon the morning’s flagons up
And say how many Dew,
Tell me how far the morning leaps
Tell me what time the weaver sleeps
Who spun the breadth of blue!

Write me how many notes there be
In the new Robin’s ecstasy
Among astonished boughs
How many trips the Tortoise makes
How many cups the Bee partakes,
The Debauchee of Dews!

Also, who laid the Rainbow’s piers,
Also, who leads the docile spheres
By withes of supple blue?
Whose fingers string the stalactite
Who counts the wampum of the night
To see that none is due?

Who built this little Alban House
And shut the windows down so close
My spirit cannot see?
Who’ll let me out some gala day
With implements to fly away,
Passing Pomposity?


Emily Dickinson (Amherst, Massachusets, 1830-1886)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Todavía me levantaré de Maya Angelou



Me puedes inscribir en la historia
Con tus amargas y retorcidas mentiras,
Me puedes arrastrar en el mismo fango
Pero todavía, como el polvo, yo me levantaré.

¿Te desconcierta mi insolencia?
¿Por qué te acosa la melancolía?
Tal vez porque camino como si tuviese pozos de petróleo
Bombeando en la sala de estar.

Como las lunas y los soles,
Con la certeza de las mareas,
Igual que las esperanzas que vuelan alto
A pesar de todo me levantaré.

¿Querías verme acabada?
¿Con la cabeza baja y los ojos en el suelo?
Los hombros caídos como lágrimas.
Debilitados por el llanto del alma.

¿Te ofende mi arrogancia?
No lo tomes a mal
Porque me río como si tuviera minas de oro
excavadas en el patio de atrás.

Me puedes disparar con palabras,
Me puedes cortar con la mirada,
Me puedes matar con tu odio,
Y a pesar de todo, como el aire, me levantaré.

¿Te desconcierta mi sensualidad?
¿Te sorprende
Que baile como si tuviera diamantes
En el medio de los muslos?

Desde los cobertizos de una vergüenza histórica
Me levanto
De un pasado enraizado en el dolor
Me levanto
Soy un océano negro, impetuoso y extenso,
Fluyendo embraveciendo soporto la marea.
Dejando atrás noches de terror y miedo
Me levanto
En un nuevo día asombrosamente claro
Me levanto
Con los talentos que me dieron mis ancestros,
Soy el sueño y la esperanza del esclavo.
Me levanto.
Me levanto
Me levanto.





Still I Rise

You may write me down in history
With your bitter, twisted lies,
You may trod me in the very dirt
But still, like dust, I'll rise.

Does my sassiness upset you?
Why are you beset with gloom?
'Cause I walk like I've got oil wells
Pumping in my living room.

Just like moons and like suns,
With the certainty of tides,
Just like hopes springing high,
Still I'll rise.

Did you want to see me broken?
Bowed head and lowered eyes?
Shoulders falling down like teardrops.
Weakened by my soulful cries.

Does my haughtiness offend you?
Don't you take it awful hard
'Cause I laugh like I've got gold mines
Diggin' in my own back yard.

You may shoot me with your words,
You may cut me with your eyes,
You may kill me with your hatefulness,
But still, like air, I'll rise.

Does my sexiness upset you?
Does it come as a surprise
That I dance like I've got diamonds
At the meeting of my thighs?

Out of the huts of history's shame
I rise
Up from a past that's rooted in pain
I rise
I'm a black ocean, leaping and wide,
Welling and swelling I bear in the tide.
Leaving behind nights of terror and fear
I rise
Into a daybreak that's wondrously clear
I rise
Bringing the gifts that my ancestors gave,
I am the dream and the hope of the slave.
I rise
I rise
I rise.

Maya Angelou (St. Louis, Missouri,1928)