/ El establo de Pegaso: febrero 2009

sábado, 28 de febrero de 2009

Francis Picabia obra varia



He nacido en París, de familia cubana, española, francesa, italiana y americana, ¡y lo más asombroso es que tengo la sensación muy clara de ser de todas esas nacionalidades a la vez!
Se trata sin duda de una fórmula de demencia precoz, que para mi será siempre mejor que la que sufría Guillermo II, que se creía el único representante de la única Alemania.




Bacara

Soy un bello monstruo
que comparte sus secretos con el viento.
Lo que más me gusta de los demás
soy yo.

Soy un bello monstruo;
tengo como suspensorio el pecado de la virtud.
Mi polen mancha las rosas
desde Nueva York hasta Paris.

Soy un bello monstruo
cuyo rostro esconde la cara,
mis sentidos solo tienen una idea:
¡un marco sin cuadro!

Soy un bello monstruo
cuya cama es un velódromo
tarjetas-postales transparentes
pueblan mis sueños.

Soy un bello monstruo
que se acuesta conmigo mismo.
Sólo quedan siete en el mundo
y yo quiero ser el más grande.



Un loco que se ha vuelto loco

La luna se ha acostado en una chimenea
hacia frío en la calle
oigo la lluvia
estoy sentado a la espera de nada
he encontrado una
busco dos
dos hojas para la corona
de la herencia
del fantasma solitario
que se arrastra hacia el amor
para vaciar mi corazón.


Vréneli

La habitación de Vréneli
en la que vivíamos
tenía papel pintado color rosa
una cama capitonée de damasco melocotón
un reloj de péndulo señalaba el mediodía
O la medianoche desde ayer
ella se desnudó
un poco como una inglesa
su vestido tenía diagonales
y cuadros.

Francis Picabia (París, 1879-1953). Traducción de Elisa Sainz de Zaska


miércoles, 25 de febrero de 2009

José Luis Sampedro No al préstamo de pago en las bibliotecas



POR EL PLACER DE LA LECTURA

Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.


Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia.. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su
labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.
Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?
Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.
Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro

Campaña contra el préstamo de pago

Miércoles de ceniza de T.S. Eliot



Miércoles de Ceniza

I
Porque no abrigo esperanzas de volver otra vez
porque no abrigo esperanzas
porque no abrigo esperanzas de volver
ansiando el donde este hombre de este otro sus andanzas
no lucho por llegar hacia esas cosas
(¿Por qué no ha de abrir el halcón sus alas ya andrajosas?)
¿Por qué he de lamentar
el perdido poder del reino usual ?

Porque no abrigo esperanzas de conocer otra vez
la cierta hora de tan incierta gloria
porque no pienso así
y porque sé que no conoceré
la única veraz potencia transitoria
puesto que he de beber, ahí,
donde florecen los árboles y las vertientes fluyen,
porque otra vez no hay nada.
Porque yo sé que el tiempo es siempre tiempo
y que el lugar es siempre y solamente un lugar
y que lo que es actual lo es sólo en cierto tiempo
y para un solo lugar
me alegro que sean así las cosas
y renuncio a la vez
a la sagrada faz y también a la voz
entonces, como no me es posible pensar que he de volver
me regocijo al tener que construir algo que me proporcione regocijo

Y ruego a Dios que nos tenga misericordia
ruego que nos haga olvidar
estos asuntos que originan en mí tanta discordia
ya que los he discutido y me los he explicado demasiado
porque no abrigo esperanzas de volver otra vez
que estas palabras respondan
por lo que ya se ha hecho que no se hará otra vez
y que se nos juzgue con misericordia
porque con estas alas no es posible volar
son simples abanicos y para abanicar
un aire seco ya y muy reducido
más seco, más reducido que la voluntad
enséñanos a sentir y a prescindir,
danos tranquilidad.

Ora por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Ora por nosotros por ahora y en la hora de nuestra muerte.

Versión de Jorge Elliott


Ash Wednesday

I
Because I do not hope to turn again
Because I do not hope
Because I do not hope to turn
Desiring this man's gift and that man's scope
I no longer strive to strive towards such things
(Why should the agèd eagle stretch its wings?)
Why should I mourn
The vanished power of the usual reign?

Because I do not hope to know
The infirm glory of the positive hour
Because I do not think
Because I know I shall not know
The one veritable transitory power
Because I cannot drink
There, where trees flower, and springs flow, for there is nothing again

Because I know that time is always time
And place is always and only place
And what is actual is actual only for one time
And only for one place
I rejoice that things are as they are and
I renounce the blessèd face
And renounce the voice
Because I cannot hope to turn again
Consequently I rejoice, having to construct something
Upon which to rejoice

And pray to God to have mercy upon us
And pray that I may forget
These matters that with myself I too much discuss
Too much explain
Because I do not hope to turn again
Let these words answer
For what is done, not to be done again
May the judgement not be too heavy upon us

Because these wings are no longer wings to fly
But merely vans to beat the air
The air which is now thoroughly small and dry
Smaller and dryer than the will
Teach us to care and not to care Teach us to sit still.

Pray for us sinners now and at the hour of our death
Pray for us now and at the hour of our death.

T.S. Eliot. Publicado en 1930

martes, 24 de febrero de 2009

Imprecación



Te miré mal y usé contigo malas artes.
Escribí tu nombre en hojas de sicomoro
y deseé que al instante se secaran,
para que cada vez que alguien pronunciara tu nombre
el aliento se escapara de tu alma,
lento, piano piano, poco a poco.
Te maldije y te maldije mal,
imprequé también a tu sombra
para que nunca encontrara acomodo con tu cuerpo
y así errante, vagabunda y fugitiva
huyera de la luz.
Usé contigo malas artes
grabando también tu nombre en el tronco del árbol,
para que sus ramas acogieran tu sombra confundida
y su madera fuera el lecho de tu última morada.

Este poema forma parte de un proyecto de poesía sobre la palabra como conjuro, predicción, encantamiento y ...

lunes, 23 de febrero de 2009

Internauta

Internauta en www.librodelosmuertos.org



“Sentado en paz en la proa de su barca”
Conjuro LXVI del Libro Egipcio de los Muertos


Navego en la página del Libro Egipcio de los muertos,
www.librodelosmuertos.org
colocando delante del conjuro clave el asterisco,
para, entre líneas, seguir la estela de la barca de Ra.
El gran lago, la escalera del cielo,
las tierras fértiles donde los tallos superan cinco varas...
Agazapado el cuerpo entre los lotos
mi espiritu posee la pluma y el tintero
para alzar el vuelo sobre las puertas de occidente
planeando con los halcones el curso del Nilo,
hacia el alba,
hacia la luz del día.

domingo, 22 de febrero de 2009

O mar atinge-nos, poesia-guitarra portuguesa, un CD de Maria Azenha

He recibido hace unas semanas el disco O mar atinge-nos, de la poetisa portuguesa Maria Azenha. El CD reúne 20 poemas recitados por su autora y acompañados de guitarras portuguesas. He disfrutado con este trabajo. De entrada, la voz de Maria, rítmica y profunda, tiene la capacidad de transmitir casi tantos matices como sensaciones evoca el mar. Además, en este caso, su voz rompe con el “maleficio” de que los poetas son malos declamando sus propios textos. Los poemas son una maravilla.
Quiero que disfrutéis con el video Chuva marítima en el que recita uno de los poemas de O mar atinge-nos, con las olas rompiendo al fondo.




Chuva marítima

cultivo rosas brancas
em varandas a ocidente
daqui avista-se o mar
e o mar é grande

chove.

atravesso um caminho branco
chove.
o mar entrou pelo meu coração
chove.




Transcribo otros dos poemas de este trabajo: Desde que a luz se fez artificial y Ontem e hoje, Mãe!

Desde que a luz se fez artificial

desde que a luz se fez artificial ficámos orfãos
juntaram-se nas cidades os solitários
para pôr em comum a solidão,
- fumadores de papel, como teria dito Pavese -
puxados pela corda negra da fome.
há livros de olhos postos no corpo. vêem-se de noite.
de vez em quanto gritam. e nascem folhas que
uma vez abertas não se conseguem mais fechar

doem os olhos
de tanto lhes sentir a foice.


Ontem e hoje, Mãe!

Mãe,
ainda que na Árvore da Vida habites,
sinto a ausência dos teus beijos.
O nosso amor é como um vaso de leite derramando branco
nas nuvens.
As células do nosso corpo,
pequeníssimas estrelas,
comungam todas da mesma revolução.
Mãe,
a comunhão é um estado de autoconhecimento.
e a matéria veste-se para o Inconsciente:
primeiro, sono.
depois, sonho.
por fim,
rendição.

Tu és Deus, e eu também.
Quando te chamo, avanças
quatro,
cinco,
seis mil anos.
Quando entramos em sintonia com os astros
sentimos a alegria do comunismo
das árvores em tuas mãos.

A Vida é um hiper-estado de consciências.
Os crimes são anti-humanos.
As formigas, radiogaláxias que estabelecem comunicações
através das suas pequenas antenas.
Os poetas fazem parte desta sociedade de partículas.

Mãe,
as últimas ondas de luz do universo
transformaram-se em humildes campos terrestres.


Mãe,
não consigo dividir-me por zero.
Tudo está em expansão, quero dizer:
cada vez mais próximo dum ponto central.
Cada centro do espaço
é um novo projecto.
E a luz, a harpa de Thales,
que um dia disse: " Tudo está cheio de Deus".

Eu digo, deus ou deuses
porque as nossas almas são partículas enraizadas nos céus.
Sabes como os asteróides representam a mesma dança – são eles isotrópicos.
Cantam a Incriação.
E eu entro no câmbio,
- colho as sementes do espaço que não mais
existem no zero.

Ontem,
tornei-me photograficamente um quantum.

Alguém disse: " Vieste do Improvável e vais para o Improvável".
Movimentamo-nos em campos de energia. Dançamos.
Deles brota a sagrada estrela da Harmonia.

Mãe,
dizem os índios:
"Se temos um coração bom quando dançamos,
então chove."

PD para la autora
Maria, gostei muito do seu trabalho. Felicidades.

jueves, 19 de febrero de 2009

67 Versos en recuerdo de Dadá




67 Versos en recuerdo de Dadá

El uno se arrodilla dulcemente
el dos tiene las trenzas de papel,
el tres llena de plata los triángulos,
el cuatro no solloza,
el cinco no devora el Firmamento,
el seis no dice nada a las serpientes,
el siete se recoge en las miradas,
el ocho tiene casas y ciudades,
el nueve canta a veces con voz triste,
el diez abre sus ojos en el mar,
el once sabe música,
el doce alienta lámparas,
el trece vive sólo en los desvanes,
el catorce suplica,
el quince llama y grita,
el dieciséis escucha,
el diecisiete busca,
el dieciocho quema,
el diecinueve sube,
el veinte vuela ardiendo por el aire,
el veintiuno cae,
el veintidós espera,
el veintitrés adora los vestidos,
el veinticuatro sabe matemáticas,
el veinticinco magia,
el veintiséis amor,
el veintisiete guerra,
el veintiocho estrellas,
el veintinueve luna,
el treinta tiene garras de cerezo,
el treinta y uno flota,
el treinta y dos destruye los anillos,
el treinta y tres anula los espacios,
el treinta y cuatro ruge,
el treinta y cinco vive lejos,
el treinta y seis conoce la amargura,
el treinta y siete fulge,
el treinta y ocho baja,
el treinta y nueve quiebra torres,
el cuarenta se expresa,
pero el cuarenta y uno tiene páginas,
donde el cuarenta y dos halla su espejo,
donde el cuarenta y tres se desmenuza,
en el cuarenta y cuatro anidan tigres,
en el cuarenta y cinco monumentos,
en el cuarenta y seis hay una espiga,
en el cuarenta y siete distracciones,
detrás vienen cuarenta y ocho pensamientos,
cuarenta y nueve signos,
cincuenta cruces,
cincuenta y una lágrimas,
cincuenta y dos mujeres,
cincuenta y tres desiertos,
cincuenta y cuatro pianos,
para cincuenta y cinco partituras,
para cincuenta y seis sonidos,
cincuenta y siete soles,
cincuenta y ocho perlas,
cincuenta y nueve bocas,
sesenta muertes,
sesenta y una llagas,
sesenta y dos pirámides,
sesenta y tres adioses,
sesenta y cuatro diccionarios,
sesenta y cinco sentimientos,
sesenta y seis recuerdos,
sesenta y siete flores.

Juan Eduardo Cirlot

domingo, 15 de febrero de 2009

Poemas de Juan L. Ortiz

Juan Laurentino Ortiz , alias Juanele, y la orilla que se abisma

"...Pero cuidado, mis amigos, con envolveros en la seda de la
poesía
igual que en un capullo...
No olvidéis que la poesía,
si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva,
es asimismo, o acaso sobre todo, la intemperie sin fin,
cruzada o crucificada, si queréis, por los llamados sin fin
y tendida humildemente, humildemente, para el invento del
amor…"




NO TE DETENGAS ALMA SOBRE EL BORDE
de esta armonía
que ya no es sólo de aguas, de islas y de orillas.
¿De qué música?

¿Temes alma que sólo la mirada
haga temblar los hilos tan delgados
que la sostienen sobre el tiempo
ahora, en este minuto, en que la luz
de la prima tarde
ha olvidado sus alas
en el amor del momento
o en el amor de sus propias dormidas criaturas:
las aguas, las orillas, las islas, las barrancas de humo lueñe?
¿O es que temes, alma, su silencio,
o acaso tu silencio?
Serénate, alma mía, y entra como la luz
olvidada, hasta cuándo?
en este canto tenue, tenuísimo, perfecto.

Del poemario El aire conmovido, 1949

SÍ, MIS AMIGOS, ALLÍ EN ESOS ROSTROS...

Sí, mis amigos. allí en esos rostros está el rostro.
El rostro que en la noche, en medio de la tempestad, entre
relámpagos,
en medio del martirio, con la sonrisa última muchas veces,
algunos entrevieron y saludaron como un alba.
La poesía también fue, la poesía también es, un llamado en la
noche,
tímido o firme, pero un llamado hacia ese rostro.
Acaso la belleza esté allí. Estamos seguros de que la belleza
está allí.
En ese resplandor que casi vuelve imprecisos los rasgos.
Sin velos. Como la luz de las aguas y de las flores en un puro
mediodía.
O como la del corazón que ha encontrado su centro.
Y las manos, ah, las manos que sufrieron las cadenas y
sangraron, las manos,
son aquellas, sí, aquellas que allá tejen la guirnalda del sueño
a lo largo de la tierra en la casa común.
Veis los dedos ahora finos afiebrados en torno de los tallos y
de los pétalos,
y de los pulsos precisos, y sobre las “páginas que defienden
su blancura”,
y sobre los silencios, tantos silencios que luego han de cantar?
Veis el gesto abierto hacia la colina que despierta como una
novia o como una hija?
Veis el gesto desvelado sobre el paisaje de las infinitas
respuestas
en la escala toda, relativa, del vértigo?
Pero veis sobre todo, pero sentís sobre todo,
que por las manos ahora fluye, recién fluye, la corriente,
la clara, la profunda corriente en que la criatura puede mirarse
de veras y ver el infinito?
Sí, mis amigos, allí en esos rostros está el rostro.
La belleza está allí, nuestra belleza.

Del libro El álamo y el viento, 1947

EN LAS GARGANTAS DEL YAN-TSÉ

Qué oyó Tou-Fou, qué oyó
en estos silencios que no dejan de subir y a la vez de caer,
fluidos de iris,
así,
a pesar de su espanto sin tiempo?

Sintió, solamente, como Li-Tai-Pe, que se prendían unos gritos
por ahí?
Y el vértigo de la piedra,
y el vórtice de la angustia
que no admite, de improviso, ni siquiera su agonía,
de paja,
aleteando, invisiblemente, casi,
en un junco...
que no admite ni eso para perderse, para perderse, en seguida,
en un sin límite
de congoja. . . o de niebla?

Del libro Del junco y la corriente, 1956


PREGUNTAS A LA MELANCOLÍA

Qué tiempo del alma
es éste que en la tarde, infinitamente, transparece
unas islas?

O es setiembre, sólo,
el que sueña sus espejos, abismándolos, aún,
al nivel del confín
que no termina, a su vez, de ser absorbido por el mismo
vacío?

Pero por qué se hunden
el verde y el celeste en la niñez… así:
por qué?

Por qué no vuelan, ellos, di, melancolía
si tienen, ya,
plumas…:
por qué?
Y de dónde miras tú, melancolía, si
misteriosamente,
al fin,
no parecen de aquí
ni los montes que recuerdan o que ansían o que olvidan
y que se sumen
al trasluz
de un espíritu, no?, de agua
y de aire?

De qué hierbas, entonces, tus ojos de doncella, di,
melancolía,
se azulan...
y se deslíen...
de cuáles?
Por qué ahora te curvas y subes hasta casi abovedar la
despedida,
aquélla,
que eterniza, ya, un río
y unas orillas...:
por qué?
si tu pensamiento, niña, al fin de savia, sólo habrá
de anochecer,
y anochecer,
una palidez de yermas,
más allá de lo que, apenas, si amarillamente,
urdiese
tu penumbra
y tu brisa
para la misma trama, acaso, a que por la mañana, te avendrías,
al disolver tus hojillas
en esa pecera que abrirá pero hacia arriba
o de arriba,
la sublimación del rocío...?

Por qué, en tal caso, te vas como una Ofelia por la línea
de lo alto
o en la línea sólo de tu frente, o del desvío,
justamente, del halo
que ha de apurarte, luego,
el sueño de la clorofila o la diadema hasta después,
todavía,
de instilarte la primicia
de una malaquita...:
por qué?
O es por ventura, la unidad contigo misma
o con el flujo que te empina
y te alisa,
lo que te hace combar, así,
destacadamente,
el minuto...?

Sería, pues, esto, di,
melancolía…?
di…?
O no tendrías nombre, ni necesariamente edad, ni esencia,
pues serías
y no serías
en la continuidad de ese “aire”
que oscurece y se ilumina de lo íntimo
de la vida
a la vuelta de nada...
o cuanto más, lo creíble y simultáneamente, lo increíble
que no deja de vivir
y de morir
en la fe de una caña que carecería
de articulaciones, para asumir, por ahí
la respuesta, sin tiempo, a las respiraciones, a la
vez,
del cielo
y de los abismos...?
O no podrías ser, después de todo, el viso
que en la oscuridad,
nuestra prisa
al borde del miedo,
nomina…:
ése de la mariposa de la descomposición y del horror que debe
de latir,
por lo demás, la fuga
de todo el iris,
a costa, es cierto, de ellos y quizás de una ausencia
sin secarse aun,
aunque en un devenir
que los negaría, extrañamente, o si quieres,
que los niega
así
con tu desdén mismo
de criatura toda frente, y del otro lado, o por encima,
así,
de los junquillos?

Del poemario La orilla que se abisma,

Juan Laurentino Ortiz, poeta argentino (Entre Ríos, 1896 - 1978).

Si admitimos que existen las casualidades, podría decirse que descubrí la poesía de Juan L. Ortiz por casualidad. Buscaba diferentes traducciones de los poemas de Tu Fu en Internet y puse en el buscador "Tu Fu, Du Fu, Tou-Fou", y en una de la entradas apareció En las gargantas del YAn-Tsé de Juan L. Ortiz. Leí el poema y, acto seguido, comencé a buscar más cosas de este autor. Pertenece a ese grupo de poetas poco conocidos, que cuando lo lees, vuelves a creer en la magia de la poesía. Llevo mucho tiempo con la idea de dedicarle una entrada y he dudado si transcribir varios poemas suyos a palo seco -su obra habla por si misma- o añadir algo más. Finalmente, encontré en el diario El Liberal.com una transcripción de una entrevista que apareció en el Nº 67 de la revista Crisis (1989), y que había sido realizada por Jorge Conti el 9 de febrero de 1972. Me ha parecido que podía ser más interesante conocer de primera mano su opinión sobre la poesía que incluir datos biográficos u otro tipo de información.

¿Qué es para usted un poeta, Juan?
Claro... la pregunta es grave porque, si nos remontamos a las primeras expresiones -cuando la poesía era asumida por el “vate” o “cantor”, el intérprete de la comunidad- entonces tenía que ver con cierta sabiduría o intuición natural de los pueblos, cuando todavía no se había producido la división del trabajo.
¿Entonces?
Si nos remitimos a esa fecha, claro, la poesía era la voz de la comunidad, pero en un sentido que trascendía la relación con los intereses inmediatos, que relacionaba a esa comunidad con todo lo que era operante en ella, quiero decir, cierta dependencia con todo el universo. En ese sentido podemos decir que el poeta es la voz de un pueblo. Si pienso al poeta en todas sus figuras o funciones, no es lo que ahora entendemos y acentuamos como sus relaciones con el entorno social o nacional ¿no? Aunque, claro, también tenía funciones casi religiosas, el poeta era el hombre que comunicaba con un poder o instancia superior...
Y la poesía venía a ser una manera de poner en marcha una serie de operaciones que servían para el conocimiento y la identificación con las fuerzas del mundo en un sentido, diríamos, mágico...
Allí comenzó lo que ahora señalamos como “magia” de la palabra, lo que va más allá de la pura significación y alude a ciertos poderes que no son los del significado estricto. La palabra era lo que Mallarmé señala como el nombre, lo que en la cultura hebrea se llamó el verbo y que se refería al génesis, a la creación...

Hoy estamos bastante alejados de ese concepto, ¿verdad Juan? ¿Cuál es su experiencia personal como poeta? Una vez se definió como un “vigílico”, alguien que está en vigilia, que está alerta...
Yo me refería a dos estados: de vigilia y de lo otro, que aparece como oponente pero que no lo es, el sueño. El poeta es un descubridor que pone en función todas sus potencialidades intelectuales pero en una tensión muy especial, en la que esa misma razón -que es patrimonio de todos- está como diríamos “ardiendo” y en otra dimensión que va más allá de la razón. La poesía es vigilia en cuanto es descubrimiento de cierta zona a la que no puede acceder el conocimiento común o racional. Entonces queda ese modo de aprenhensión previa, una disposición especial, cierta apertura que está muy bien expresada en la doctrina Zen, ese vacío previo para que las cosas, el universo, la realidad, impregnen la sensibilidad o el alma, como quiera llamarse... Y la poesía es también enajenación, éxtasis, sueño, en cuanto tiene que despersonalizarse para poder aprehender eso que es -en cierto modo- inefable. John Keats decía que el poeta estaba siempre perdiéndose, porque al nombrar cualquier cosa de la realidad tenía que identificarse con ella. Pero eso, a lo largo de la historia de la poesía ha habido como un movimiento pendular entre el éxtasis -como en el misticismo- y la tensión hacia la realidad.

¿Y si lo relaciona con su experiencia personal, Juan? Usted podría decir que esos estados no bastan por sí mismos, ya que usted ha consagrado su vida a consignarlos en palabras...

Sí. Porque estamos muy lejos de la vida de esas comunidades. Claro, yo siento que el ideal es ése; siempre me obsesiona cómo tenemos que buscar a través de todos los intersticios de la realidad esos momentos en los que comunicamos con algo que para esos pueblos era tan fácil como respirar. La vez pasada leí en Planeta que un francés fue a un pueblo de la Malasia que vive en una etapa equiparable a la Edad de Piedra: este hombre aprendió el idioma y entró en relación con uno de los sobrevivientes de esa comunidad, ganó su confianza y pudo conversar y hacerle preguntas. Bueno, asombra la facilidad que uno encuentra en ese aborigen para responder a preguntas con un alto grado de abstracción sobre el ser, la existencia, la nada, la muerte, como podría haberlo hehco un Kant, un Hegel o un Heidegger. ¡Una comunidad sobreviviente de la Edad de Piedra, fíjese!

¿Es viable el intento de rescatar para el relato la posibilidad del lenguaje poético, Juan? Quiero decir, contar historias tendiendo a unir esos momentos privilegiados y únicos y que finalmente historia y experiencia poética sean una totalidad...
También ahí está la aventura... La sorpresa, los meandros, el tejido de la realidad pueden estar en ciertos estados que se desarrollan y se aventuran en esas zonas. La aventura podría estar, por ejemplo, en la captación de esas zonas o la aproximación a ellas... Así que es posible hablar de lenguaje poético cuando es utilizado de una manera, diríamos -claro, hay que hablar de una forma en cierto modo religiosa- equivalente a la “iluminación”... Es decir, se carga tanto, pone en función tantas virtualidades fonéticas, rítmicas y conceptuales, que paradójicamente -y a la vez- se hace transparente. Y por hacerse casi inexistente recibe ciertas esencias, ciertas atmósferas, ciertos aires de esa realidad que al hombre se le escapan... y que no puede asir.

¿Cómo tiene que vivir un poeta, Juan? Usted, que ha sabido vivir de una manera al mismo tiempo partícipe y apartada...
Yo diría, en cierto modo perogrullescamente, como pueda vivir... Tendiéndose, esforzándose en ser fiel a sí mismo. Es decir, fiel a eso que por razones azarosas del modo de distribución de la energía social -o potencia o don a veces hasta relacionado con su inserción en la sociedad- le ha tocado a él asumir... el poeta tiene en ese sentido una responsabilidad y su vida debe ser una respuesta.
La unidad de vida y poesía debe darse a través de algo que está operando en uno y de lo que uno es responsable, que va informando la vida y la poesía... Sin esfuerzo, naturalmente. Y cuando es auténtica, se da. Es difícil, yo sé que es difícil en esta sociedad. Hay tentaciones, muchas facilidades, muchos encantos o maneras de adulterar, de pervertir... el prestigio, por ejemplo, que puede ser útil para muchas cosas.
El poeta debe ser fiel. Y luego, hay una cuestión fundamental: la conformidad consigo mismo. Yo no creo que un hombre pueda ser feliz, que pueda pasar el límite -quiero decir morir- sin haber sido una cierta unidad, habiendo vivido dividido en el “hombre social”. Porque si el poeta -o quien fuere- no es fiel, quien en primer lugar se perjudica es él mismo.

Por Jorge Conti
Crisis, 1989

la orilla que se abisma



Además del título de un poemario de Juan L. Ortiz,La Orilla que se abisma es un documental sobre su vida y obra realizado, en 2008, por el director argentino Gustavo Fontán.

"Muchas veces a lo largo de mi vida me hice una pregunta: ¿qué se puede conocer del otro? Y volví a formulármela pensando en Juan L. Ortiz, porque siempre tuve la sensación de que la acumulación de datos da un conocimiento precario sobre el otro. A esa pregunta general siguió una particular: ¿será posible mirar el paisaje de Entre Ríos partiendo de algunos principios estéticos del poeta, de modo que la película sea testigo de este diálogo con Ortiz? Así comenzó el viaje: un acercamiento cinematográfico a su poética"


"El principio estético lo encontramos en sus propias palabras. Cierta vez, cuando habla sobre Puerto Ruiz, donde nació, dice: "Al amanecer, cuando el sol estaba rasante, iluminaba parte de la vaca y parte de mi madre agachada ordeñando. A mí me impresionaba mucho porque se levantaba en ese tambo mucho vapor. Entonces todo se irisaba, se hacía un mundo de color muy tenue, hermoso: las vacas parecían una niebla'. Y tiempo después, afirma: "Se trata de cierto sentido brumoso que disuelve el contorno de las cosas para hacer sentir la unidad viviente".

Gustavo Fontán

viernes, 13 de febrero de 2009

1959. De Collioure a Formentor

Congreso Internacional “1959, de Collioure a Formentor”



En 2009 se cumplen 50 años de dos hechos de fundamental trascendencia: los actos conmemorativos que ante la tumba de Antonio Machado tuvieron lugar en Collioure, en febrero de 1959, que reunió a poetas e intelectuales del exilio interior y exterior y la celebración, en mayo de 1959, de las Conversaciones Poéticas de Fomentor organizadas por Son Armadans y Camilo José Cela, en las que participaron, entre otros, Vicente Aleixandre, Carles Ribas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Dionisio Ridruejo, José Luis Cano, José Hierro, Luis Rosales, Robert Graves o José Agustín Goytisolo. La SECC (Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales)lo recordará con la organización del congreso internacional 1959. De Collioure a Formentor.
Los actos serán en Caixafòrum y en el edificio Sa Riera de la UIB, también habrá s una exposición de fotografías inéditas, titulada “De Collioure a Formentor”, comisariada por Asunción Carandell, viuda de José Agustín Goytisolo.

PROGRAMA

PALMA 26-28 de FEBRERO de 2009


Jueves 26 de febrero
Auditorio de Caixa Fòrum Palma, Plaza de Weyler, 3


10:30 horas. Conferencia a cargo de José Manuel Caballero Bonald, “Ante la tumba de Machado”

11:30 horas: Mesa redonda “Testimonios del homenaje en Collioure”. Participantes: José Mª Castellet, Asunción Carandell de Goytisolo e Yvonne Hortet de Barral. Modera: María Payeras

12:30 horas. “La vigencia de Antonio Machado hoy. ¿Tenía Manuel un hermano?”

• Francisco J. Díaz de Castro (Universitat de les Illes Balears), “Ángel González y Antonio Machado: el último homenaje”
• Ramón García Mateos (Catedrático de Literatura), “Antonio Machado, eterno cristal de leyenda”
• Francisco Brines: “Mi Machado”
• Luisa Cotoner (Universitat de Vic), “Herederos vergonzantes de El mal poema”
• Almudena del Olmo (Universitat de les Illes Balears): “Relecturas de “La canción del alba” de Manuel Machado”.

16:00 horas: Conferencia a cargo de J. Mª Castellet “Collioure: la interpretación de un sueño colectivo”

17:00 horas: “Collioure, mucho más que un homenaje”

• Laura Scarano (Universidad Nacional de Mar del Plata), “La construcción del “Machado de Colliure” en Blas de Otero y Gabriel Celaya”
• Araceli Iravedra (Universidad de Granada), “Collioure, un viaje de ida y vuelta”
• Carme Riera ( Universitat Autónoma de Barcelona), “De Collioure a Colliure”
• Maria Payeras (Universitat de Illes Balears), “Antonio Machado en los poemas-homenaje”

19:00 horas. Recital de José M. Caballero Bonald y Francisco Brines presentado por Ramón García Mateos


Viernes 27 de febrero
Auditorio de Caixa Forum Palma, Plaza de Weyler, 3


9:30 horas “Las Conversaciones poéticas de Formentor”.Participan: Mabel Dodero, Asunción Carandell de Goytisolo, Bartomeu Fiol, Camilo J. Cela Conde. Modera: William Graves.

10:30 horas Papeles de Son Armadans en el contexto de las revistas culturales durante el franquismo

• Pilar Arnau, “La faceta de Papeles de Son Armadans como plataforma de difusión de la literatura catalana en plena dictadura”
• Fanny Rubio (Universidad Complutense de Madrid), “El contexto hemerográfico de Papeles de Son Armadans”
• Xelo Candel (Saint Louis University) "Poetas y poéticas de posguerra en Papeles de Son Armadans"
• Camilo José Cela Conde (Universitat de les Illes Balears), “Papeles de Son Armadans desde dentro”

12:30 horas “Camilo José Cela en Mallorca”

• Mercedes Juan (Colaboradora de Cela), “Cela: historias de una colaboración”
• Perfecto Cuadrado (Universitat de les Illes Balears), “El profesor Camilo José Cela”
• Pere Serra (President del Grupo Serra), “Camilo José Cela íntimo”
• Carmen Ortiz (Profesora), ”Lectura de Mazurca para dos muertos”
• Alfonso Ballesteros (Médico de Cela), “Cela y sus médicos”

16:00 horas El Primer Coloquio Internacional de Novela

Participan: José Mª Castellet, Montserrat Sabaté, Salvador Clotas

17:00 horas: El Primer Coloquio Internacional de Novela ¿Un coloquio diferente?

• Ángeles Encinar (Saint Louis University), “Tormenta de verano y Los años turbios: las dos primeras novelas ganadoras del premio Formentor”
• Mario Santana (University of Chicago), ”Formentor y la globalización de la literatura hispánica”
• Luis Izquierdo (Universidad de Barcelona), “Juan García Hortelano después de Formentor”

Sábado 28 de febrero
Edificio “Sa Riera”, Calle Miquel dels Sants Oliver, 2

9:30 horas: Conferencia a cargo de Fernando Valls (Universitat Autònoma de Barcelona), “El primer coloquio internacional de novela (1959) y sus repercusiones en la narrativa española”

10:30 horas: Conferencia a cargo de Salvador Clotas (Fundación Pablo Iglesias), “Formentor desde Túnez”

11:45 horas: Lectura poética en homenaje a Machado.

• Xavier Abraham
• Josep Lluís Aguiló
• Sebastià Alzamora
• Miquel Cardell
• Francisco J. Díaz de Castro
• Bartomeu Fiol
• José Carlos Llop
• Biel Mesquida
• Jaume Pomar
• Diego Sabiote
• Ángel Terrón
• Antoni Vidal Ferrando
• Àlex Volney

13:45 horas:Inauguración de la exposición fotográfica de Asunción Carandell de Goytisolo “DE COLLIOURE A FORMENTOR”

martes, 10 de febrero de 2009

La Papisa sedente en el recinto del templo




La Papisa sedente en el recinto del templo

Si consideras aún la virtud mágica del nombre,
y el poder de la palabra que yace hastiado
en el mundo de los dioses.
Te ruego ¡Oh Isis! me arrebates
aquí mismo el nombre y los sentidos.
Arroja del regazo el libro del Arcano,
y con tus manos ya libres sujétame el cabello,
hasta tres veces sumérgeme en el grano,
húndeme el cuerpo hasta el fondo
en la fertilidad fluente de los silos.
Tú que les mostraste el secreto del trigo
condúceme hasta tu otro yo
hasta esa parte siniestra y misteriosa
que ocultas tras tu velo.
Desgarra entre los pliegues tu hierática mirada
para que sea posible la osadía
que yace entre mis brazos.
¡Oh Isis! Hechicera del templo y de las mieses
ayúdame a hollarte con espada de plata.
Yo te prometo la primera gavilla
aquella que se corta con la mano
todavía temblorosa.
Te prometo la guedeja de pelo
que me cubre la nuca.
Pero ¡Oh Isis! no me abandones en las rocas
donde el sonido del viento es tan sólo un gemido.

De como inlunada vago hasta el recinto del templo
Hermética cual fatum
el agua de las charcas refleja como el cuarzo.
Los perros de la noche aúllan tras las tapias.
La luna zorra astuta me tiende encrucijadas,
me liba con sus rayos recodos del sendero.
A lo lejos ruinas de las torres corroen mis entrañas.
El ansia, Isis, se oculta en cañas del camino,
en cavernas de mi cuerpo desiertas
de tus miembros.
Quizás tras tus ruinas ya se abran las rosas
y la lúrida luna se escorie en las murallas.

Donde Isis me enseña la medida del trance
Anoche me visito la Diosa Negra
y os juro que no la esperaba.
Sus cabellos erizaron los míos por un momento.
Sentí de pronto el temible placer de la lujuria.
Su mutación fue lenta
el ébano de sus brazos me aproximó
lentamente hacia sus labios
y el calor de sus labios me acercó
voluptuosamente hacia sus pechos
la turgencia de sus pechos me arrebató
fieramente hacia sus ingles
y el ardor telúrico de sus ingles me llevó
lentamente hasta los tejos.
Fue entonces cuando me hallé perdida en el abismo.
La Diosa Negra me provocó de nuevo
aún después de la agonía,
gemía con aullidos de loba solitaria
buscando la Osa Mayor entre mis dientes.
Movía la lengua sobre el lodo
palpando en la tierra indicios de retorno
porque ella quería tan sólo
que yo conociera el arrebato.

Donde Isis regresa al recinto del templo
Yace ya mi cabeza entre sus muslos
y su mano yerta reposa entre las rocas.
Abismo,
no hay abismo posible tras su manto
Isis me descubrió la medida del trance
el movimiento exacto que lleva el cuerpo a la catársis.
Me enseño la modulación única del aullido
que quiebra
la disposición especial
de las cuerdas vocales para el canto.
Hastiada de cabellos,
Isis me trenzó cual vilorta de avena
y el limo de su voz rodeó mi cintura.
Isis me esperó hasta el día siguente
en el umbral del templo
me calzó tiernamente las sandalias
Y ocultó mi rostro tras su velo
para que en la visión del valle
no me asaltara la nostalgia.
Ahora Isis es tan sólo el arcano segundo
la papisa sedente
en el recinto del templo.

Elena Soto del libro La medida del trance, editorial Ponte Aérea Compostela-Sacromonte.

sábado, 7 de febrero de 2009

Ushuaia, la bahía que mira al poniente. Chaltén, la montaña que humea. Calafate, una fruta que hay que comer y los glaciares

Con la ayuda del quilembay



Buenos Aires, Península de Valdés, Río Gallegos, Ushuaia, El Calafate, El Chaltén, Comodoro, Bariloche, y de nuevo Buenos Aires; este ha sido a grandes rasgos el recorrido. En Puerto Madryn y Península de Valdés ya se habían ido las ballenas. “La última sobre el 21 de diciembre”, al menos eso fue lo que nos dijeron. Pero vimos lobos marinos, pingüinos de Magallanes y algún ejemplar joven de elefante marino. Durante el viaje extensiones con kilómetros de casi nada, y de vez en cuando choiques y guanacos.
A Ushuaia llegamos al atardecer. Habíamos salido de Puerto Madryn el día anterior y, supuestamente, sobre las nueve de la mañana estaríamos en Río Gallegos para enlazar con un micro que nos llevaría por la ruta 3 hasta Ushuaia. Pero las cosas se torcieron y llegamos más tarde, perdimos el ómnibus y, finalmente, atravesamos el estrecho de Magallanes hasta Río Grande en una pequeña avioneta. De esta ciudad salimos sobre las ocho de la tarde y recorrimos casi 300 kilómetros con una puesta de sol que a mi me pareció interminable. Rojos, azules, verdiazules, salmones... Yo ya veía en el cielo cualquier cosa y Luqui, una vecina de Ushuaia que viajaba con nosotros, dando alas a mi imaginación durante el viaje. “Que si la noche del 21 de diciembre, solsticio de verano, no llegaba a ponerse completamente el sol, que si había volado a la Antártida con un amigo que llevaba material a las bases”, y al pasar junto a los lagos Fagnano y Escondido ¡una belleza! nos decía que cuando realmente estaban espectaculares era en otoño.
Entramos con muy buen pie en Ushuaia y nuestra estancia no pudo habernos ido mejor. El parque Nacional de Tierra de Fuego, el canal de Beagle, La Isla H…y de guinda Las Retamas, el Bed and Breakfas donde paramos. Lo habíamos reservado por Internet dos días antes, en Puerto Madryn, y en principio sin más pretensiones que un lugar para dormir, y topamos con Mónica, que resultó ser una mujer de lo más atenta; y digo esto en todos lo sentidos, porque gracias a ella nos enteramos en que día vivíamos, pues llevábamos una empanda tal con las fechas que teníamos 24 horas demás y no sabíamos como lo habiamos hecho.
Me sorprendieron las flores de Ushuaia, en especial las amapolas, ¡enormes! y las retamas de todos los colores y los lupinos.Y en el bosque las orquideas, los musgos, los líquenes, los notros,los ñires y las lengas. Creo que medio me trastorné porque me puse a sacar fotos y aquello era un no parar. Prevengo a todo aquel ingenuo que me dice “a ver si me enseñas las fotos”.
Después volamos al Calafate. Unas seis horas me pasé mirando al Perito Moreno, desde arriba, desde el medio, desde más abajo, hacia la derecha, hacia la izquierda, si ha habido un desprendimiento… Al día siguiente navegamos por el lago Argentino y vimos el glaciar Upsala y el Spegazzini, y témpanos y más témpanos, y de nuevo el Perito Moreno desde otra perspectiva. Para no romper la tradición, y que se cumpliera la leyenda que dice que quien pruebe los frutos del calafate siempre regresará a la Patagonia, nos hinchamos a comer bayas. Por cierto, tienen un sabor agridulce exquisito. En este lugar también me encontré con una amiga que hacia como quince años que no veía.
Después nos fuimos al Chaltén, "montaña que humea", que así era como llamaban los Tehuelches al cerro Fitz Roy. Yo me había quedado prendada de esta mole vertical y las agujas que la rodean, como la del cerro Torre. Estuvimos dos días e hicimos dos caminatas; una a la Laguna de los Tres y otra a la laguna Torre. Los dos lugares impresionantes y con unas rachas de viento del demonio.
La siguiente parada fue Bariloche, un sitio precioso, pero aquí ya nos faltaban días y lo disfrutamos muy poco. La vuelta a Buenos Aires fue muy distinta a como la habíamos planeado. No conseguimos billete de avión. Se averió el ómnibus y pudimos contemplar durante muchas horas el cielo de la Patagonia. Resumiendo, hasta los contratiempos nos salieron bien.



Berberis buxifolia, queremos volver

domingo, 1 de febrero de 2009

Al Sur del Universo

El Camino de los Ancestros, la Huella del Choique, Las Boleadoras del Cazador y el duende PatagoNel



Para el pueblo tehuelche la Vía Láctea era conocida como el “Camino de los Ancestros”, un lugar al que iban sus antepasados una vez purificados. A la Cruz del Sur le llamaban la “Huella del Choique” (ñandú), este mismo nombre era también usado por sus vecinos, los mapuches. Las plumas de este animal arremolinadas por el viento se correspondían con el grupo estelar “Las nubes de Magallanes”. Y a las dos brillantes estrellas que forman parte de la constelación del Centauro: Alfa y Beta Centauri, se las denominaba “Las Boleadoras del Cazador”. Los primitivos habitantes de la Patagonia, como ha ocurrido en todas las culturas del mundo, veían en el firmamento todas aquellas figuras y personajes que tenían una relación directa con su entorno.
Toda esta historia sobre los nombres que los primitivos habitantes de la Patagonia daban a las constelaciones está sacada del libro “El cielo patagónico”, cuentos mitología aborigen y ciencia, de Dalila G. Giampalmo que, en sus diferentes capítulos, va explicando cada una de las constelaciones y objetos celestes del cielo austral a través de cuentos y amenas descripciones científicas.


La Cruz del Sur o Huella del Choique

A Dalila y a su compañero Charli los conocimos en la Feria del Cordero de Puerto Madryn, donde tenían un mostrador con libros, pósters y discos. A mi me llamó la atención una lámina en la que aparecía un personaje muy parecido a Papa Noel, pero que se llamaba PatagoNel, y se le definía como el duende patagónico de la Navidad. Le pregunté a Dalila si podía sacarle una foto, y a partir de ahí ella me explicó su origen y escuché parte de un cuento teatralizado en el que este personaje era el protagonista.
Me dijo que era una apasionada de la Astronomía, posteriormente he sabido que junto con su compañero Charli fundaron en el año 2000, “Al Sur del Universo”, primer Club de Astronomía de Chubut en la ciudad de Puerto Madryn y que están llevando a cabo una plataforma astronómica con clases incluidas que muestra el cielo de la región a través de telescopios de óptima resolución. Un abrazo para los dos.


Dalila y Charli en la Feria de Puerto Madryn