viernes, 24 de septiembre de 2010
W.H. AUDEN
En Memoria de W. B. Yeats
Desapareció al final del invierno:
los arroyos estaban helados y los aeropuertos casi vacíos;
la nieve desdibujaba las estatuas públicas
y el mercurio se hundía en la boca del día moribundo.
Los datos de que disponemos coinciden
en que el día de su muerte fue oscuro y frío.
Lejos de su enfermedad
los lobos rondaban los bosques siempre verdes,
los ríos campestres no se dejaron seducir por los muelles elegantes
y las lenguas de luto
ocultaron la muerte del poeta a sus poemas.
Pero para él fue su última tarde como él mismo,
una tarde de enfermeras y rumores;
las provincias de su cuerpo se revelaron,
las plazas de su mente se quedaron vacías,
el silencio invadió los suburbios,
sus sentimientos se detuvieron, él se convirtió en sus admiradores.
Ahora está disperso en un centenar de ciudades,
condenado al afecto de desconocidos,
a encontrar la felicidad en otro tipo de bosques,
a ser juzgado por un código de conciencia extranjero.
Las palabras de un hombre que ha muerto
se alteran en la conciencia de los vivos.
Pero en la importancia y el ruido de mañana,
cuando los corredores gritan como animales en la Bolsa
y los pobres siguen con el sufrimiento al que ya están acostumbrados
y cada cual, en su agujero, está casi convencido de su libertad,
unos pocos miles pensarán en el día de hoy
como en un día en que se hizo algo excepcional.
Los datos de que disponemos coinciden
en que el día de su muerte fue oscuro y frío.
In Memory of W. B. Yeats
W. H. Auden (Wynstan Hugh Auden), británico nacionalizado estadounidense, nació en York, 1907, y murió en Viena en 1973.
Entrevista realizada al poeta por Michael Newman
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2 comentarios:
simplesmente fantástico!
Pues si, al menos a mi también me gusta.
Un saludo
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