viernes, 18 de julio de 2008
Lecciones de geometría
Primera lección de geometría
En el principio era el uno.
Más cerca del punto de la escritura maya
que de la raya vertical de nuestro sistema de notación.
El uno no era una cantidad;
era la pura calidad del Todo indivisible.
Y fue a partir del gran uno que -en un momento dado- brotaron todos los números.
Primero nació el dos
y con él -de inmediato- el tres.
Luego, en vertiginosa sucesión,
surgieron todos los demás números.
Antes del uno no había más que el uno.
No el cero del vacío inexistente.
Ni el cero de la nada absurda.
El uno nada más.
Cuarta lección de geometría
El punto no tiene dirección.
El punto no tiene sentido.
El principio de todas las cosas
no es más que la intersección
de dos líneas que se atraen:
éste es el punto de partida.
La línea es el punto en movimiento
hacia el universo de las reglas.
La línea tiene sentido y se dirige.
No es más que la intersección
de dos superficies que viajan:
se puede recorrer todo su largo.
La superficie es la línea en movimiento.
hacia la caravana de las dimensiones.
La superficie es extensa y plana.
No es más que la intersección
de dos volúmenes que se encuentran:
se puede escribir y dibujar sobre ella.
El volumen es la superficie en movimiento
fuera de sí, por la noche que vemos.
De día es la resistencia de la sombra.
El volumen no es más que la intersección
de dos tiempos completos en un cuerpo:
Aquí se lucha y se sabe, se ama y se calla.
Alberto Blanco (México, 1951) Lecciones de geometría
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Alberto Blanco
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