/ El establo de Pegaso: Javier Egea, dos poemas

jueves, 9 de julio de 2009

Javier Egea, dos poemas

Córam Pópulo




I

Lo que puedo contaros
es todo lo que sé desde el dolor
y eso nunca se inventa.
Porque llegar aquí fue una larga sentina,
un extraño viaje,
una curva de sangre sobre el río,
mientras todo era un grito
y ya se perfilaba resuelto en latigazos
el crepúsculo.
Las historias se cuentan con los ojos del frío
y algún sabor a sal y paso a paso
lengua
y camino porque
la sangre se nos va despacio,
sin borbotón apenas,
desmadejadamente por los labios.
Las historias se cuentan una vez y se pierden.

De "Troppo mare"




Raro de luna I

Il y a des gens quelque part qui n´en peuvent plus de silence
(Hay en algún lugar personas que no soportan ya el silencio)
Louis Aragon


Allí
donde las islas
donde floten los párpados aquellos
las negras islas
las definitivas arenas secretas allí
cuando se agota el brillo de los abordajes
allí mientras llaman las sirenas últimas
pequeña perla negra
donde las islas negras
allí
donde quizá los cofres aquellos entonces entrevistos

No No era este el lugar
Para ti siempre quise
avenidas sin látigo
plazas sin gentes pálidas que se desploman
chapoteando caen mientras que sangran y por siempre caen
del verdín de las gárgolas y de las cicatrices
sobre reinos vastísimos de laberintos y de topos
caen

Quizá fuera posible
quizá pensé que al menos esa lluvia de los ojos de patio
algún día tomar las islas negras a embestidas
para tu cuerpo
para las cruces en el mapa de fuego

No No era este el lugar
ni su aventura alquilada
definitivamente para ti

Pero oigo las andanadas secas contra muros y sueños
todo enmudece frente a las altas sienes sin alba
todos los brazos cierran sus mundos presentidos
en el punto de mira de la noche tirita su silencio
y mis ojos ahora perdidos
-ropa olvidada en perchas ya sin luna-
entre los siete por siete metros de estampida
buscan tus otros ojos perdidos
tus otros bosques sin galope

Al entrar
siete por siete pozos por siete olas por siete labios despoblados
y a las charnelas
a su desvencijado saludo
respondo siempre habito este palacio
por los reinos del frío del frío
voy a las grutas del 2.º B
nadie con esa llave
nadie con esos ojos al entrar
siete por siete mares por siete soledades

¿Cómo contar ahora que la muerte se llama 2.º B
cómo decir 2.º B sin abismarse
por la tiniebla de porteros eléctricos y solos
cómo decir a nadie yo soy el enamorado del 2.º B
quién saca la basura del 2.º B
dónde se prende la luz del 2.º B
cómo vivir
cuando su nombre pálido te cerca?

Hay noches que no ofrecen
sino palomas ciegas en sus escaparates
Hay en algún lugar personas que no soportan ya el silencio

Soledades al filo de la pólvora
soledades que tienen chaqueta en su respaldo
soledades con banqueros al fondo
soledades de las torres
las desmoronadas torres
soledades canallas bogando las venas y los albañales

No No era este el lugar ningún lugar nunca más un lugar

Javier Egea (Granada, 1952-1999)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosos poemas de autores casi desconocidos. La foto de los barcos parece de tu viaje a la Atlántida, pero la otra....rara luna verde..porque tiene agua que si no ..bien parece la luna....
Besos!
Rosa.