/ El establo de Pegaso: La palabra itinerante

jueves, 18 de junio de 2009

La palabra itinerante

A través de Rosina, supongo que el origen es Mar, me llegan noticias de "La palabra itinerante", un colectivo de escritores y creadores artísticos, junto con el manifiesto: Usted también puede ser poeta en resistencia.
De momento, lo transcribo y buscaré más información.


USTED TAMBIÉN PUEDE SER POETA EN RESISTENCIA.
ALGUNOS CONSEJOS ÚTILES SI ÉSTE ES SU OBJETIVO

1.
Vive y cuéntalo. Vive y busca la verdadera vida. En cualquier momento uno puede morirse: más vale aprovechar este tiempo para aprender, hacer cosas buenas y ayudar a vivir a los demás.
2.
Libera tus deseos y pregúntate por la verdad. Quiere mucho a quienes se lo merecen (acciona tus emociones) y con quienes no se lo merecen no te ofusques. A esa gente, como decía Rousseau, mejor huirles que odiarles. Aunque, si fuera preciso, no descartes odiarles.
3.
Un poema lo es si se parece a la vida. Un poema lo es en tanto es puente, río navegable, hoguera en noche fría. Accionar un poema es modelar sus alas, enseñarle a volar, señalar su dirección. Tu exigencia es mejorar día a día en lo que haces.
4.
Ama tu creación, que es tu texto (palabras, música, gestos...). Ámalo y considéralo sagrado. Llénalo de vida, aunque a veces parezcamos imbéciles buscando un adjetivo, a cuatro patas, a las cinco de la mañana. Trabaja tu texto hasta que puedas mirarle a los ojos y decirle: LEVÁNTATE Y ANDA; y se levante y ande. Después despídete de él. Tu criatura, frágil y quebradiza, ya no es tuya. Ahora es de los ojos, los oídos y los corazones agradecidos que te ven, te escuchan y se ocupan de ella. Ellos - los que están ahí- van a hacerla crecer.
5.
Respeta a quienes están ahí y escuchan. No es que siempre tengan razón, pero habrás de admitir que si la cosa no funciona, no será siempre culpa suya.Respeta también a quien no te escucha: en la vida hay muchas cosas –y tú eres el primero en reconocerlo– más interesantes y divertidas que hacer (muchos temas de los que hablar, muchos cuerpos que acariciar...) antes que estar escuchando a un o a una poeta en resistencia.
6.
Nadie está solo. Tampoco tú. Somos más de lo que parece, y en todas partes.Las llamas se propagan silenciosamente: EL INCENDIO PROSIGUE POR LOS MÁRGENES. Colectiviza, comparte, busca compañías en el viaje –siempre son pocas– y déjate encontrar por ellas. Participa en redes en resistencia, o créalas. A solas no se hace nada, a solas somos aburridos y nos aburrimos, a solas no se puede cambiar nada. Tu proyecto, o es comunitario y colectivo, o son simplemente tus pamplinas: poesía de confesionario.
Tu voz, o aspira a incluir a muchas voces, o es soliloquio de farero.
7.
Tu misión es inventar una comunicación transformadora. Es un trabajo emocional. Tu tarea es revelar (es decir, expresar lo que hondamente ya se sabe, pero es velado entre falacias, simulacros y silencios), señalar que el emperador está desnudo, que su traje es mentira, y que esa mentira está sostenida por violencias y explotaciones. Tu tarea es denunciar la herida y meter la mano en su sangre. Negar, resistir. No quieras entretener: ese trabajo es el suyo, de eso ya se encargan ellos. Nosotros estamos aquí para intentar decir y practicar verdades. Nadie dijo que fuera fácil. No temas ser trágico o pesimista: dijo Gramsci una vez, y para siempre, que hay que ser pesimista por la inteligencia y optimista por la voluntad.
8.
Tu objetivo es hacer estallar revoluciones (para tod@s todo, para nosotr@s nada..., etc.). Si tu objetivo es lograr fama y dinero, pasa al apartado nueve: el poeta en resistencia y el dinero. REVOLUCIÓNATE. Lo mejor es empezar por ti mismo: tú también eres una víctima de la invasión de los ultracuerpos, tú también eres en gran parte Ley, un vaquero disparando contra los sioux... Así que: ¡cuidado! REVOLUCIÓNATE. No te duermas en los laureles. Ve contra ti hasta no tomarte en absoluto en serio: haz el amor y no la guerra, haz el humor y no la guerra... Procura ser mejor persona, en definitiva, y luego trata de contar lo jodido que es eso, lo difícil, lo terriblemente jodido que es eso. Eso ayuda mucho.
9.
EL POETA EN RESISTENCIA Y EL DINERO. El dinero es una mierda. El
dinero lo pudre casi todo. Ten cuidado con él. Defiéndete de su amenaza. Pero hasta que tu casero no te acepte un poema como pago del alquiler, procura conseguir el suficiente para ir tirando.
10.
EL POETA EN RESISTENCIA Y SU CONVIVENCIA CON LO
INSTITUCIONAL. El método más adecuado es probablemente el de la guerrilla: incursiones rápidas en territorio hostil para cumplir los objetivos y regresar a terreno seguro. Como decía un músico de jazz: llega, toca y lárgate. Usa el Espectáculo, trata de inyectar vida y negaciones en el simulacro que le es propio; no te pringues ni te instales en su lógica; diviértete. Intenta no reproducir la lógica del terreno hostil: tú estás en él de paso. Y sobre todo realiza tu tarea de manera descarnada y honesta. Eso siempre. Eso innegociable. Tu territorio es la calle, tu lenguaje el común, el que necesitas para respirar. Mantente alerta ante las jergas y lenguajes falsificadores de la Dominación, el idioma del agente comercial. Busca y encuentra lugares y ocasiones para maniobrar. Multiplica los frentes, las posibilidades. Comparte o crea espacios y tiempos diferentes, ajenos o periféricos a la Dominación. Recupera lo que creemos/creen que nos han arrebatado. No te dejes atrapar. Hazles un lío. Juega a lo escurridizo, lo ambiguo y lo esquivo. Confúndeles. Cambia tus nombres constantemente. Niega cualquier definición que pueda reducir, calificar, integrar o institucionalizar tu trabajo. Lezama Lima: Definir es cenizar. Huye de la máscara, del personaje. Escápate del papel que quieren adjudicarte, que sólo ellos han decidido.
11.
11.a. EL POETA EN RESISTENCIA Y EL TRABAJO. El trabajo es lo peor que hay en el mundo: no creemos que hagan falta pruebas. Entendiendo el trabajo como trabajo para el enemigo (aquel que promueve, desarrolla e impone el Estado-Capital para su propia constante reproducción) lo ideal es que el poeta en resistencia se mantenga en lo posible lejos de él (por otra parte, esto debe extenderse a todo ser humano que se resista a la sostenida expropiación y esclavización de su vida). En cualquier caso, conocer/padecer eventualmente las inclemencias y calabozos propios de la explotación del hombre por el hombre no debe ser motivo para que te fustigues. Por el contrario, aprovecha tu experiencia para aprender: el veneno del Capital aplicado en pequeñas dosis despierta y aviva la conciencia. Todas las vivencias –las de la celebración y las de la derrota- son materia de creación.
Para justificar tu objetivo y tus prácticas de no-trabajo no caigas en la trampa que el Sistema nos tiende: nunca sacralices la figura del artista. Tú, poeta en resistencia, no eres más que nadie, y no te ampara inspiración divina alguna que te convierta en un ser privilegiado y especial. Tú estás en esto como podrías estar en la vendimia francesa, en el bufé de tu padre o cogiendo tagarninas. Por suerte, y con curro, estás ahí. Vale. Como el carpintero hace su mesa o el panadero hace su pan. Así de simple.
11.b. LA COSA ESTÁ MUY CHUNGA. Pues sí: la cosa está muy chunga. Pero peor están los albañiles, los taxistas, los presos, los bombardeados y los muertos. Demasiado que estamos vivos. No importa perder todas las batallas si al final ganamos la guerra, dijo Bob Dylan. Y cada vez que hay auténtica poesía, comunicación verdadera, acción transformadora, hay victoria: vencemos a la muerte. Recuérdalo siempre: estamos en derrota, no en doma (Claudio Rodríguez).
12.
Al amanecer, armados de una ardiente paciencia, entraremos a las espléndidas ciudades (Rimbaud).
13.
Nunca te fíes de los consejos de un poeta de en resistencia.

2 comentarios:

lagalgalluenta dijo...

jo, no se escribir poesias pero me uno a poetas en resistencia en el otro lado, en el lado de l@s que las leemos.
De alguna forma no podemos vivir los unos sin los otros...
Me sorprendes siempre con cosas nuevas.
Un abrazo.

PEGASA dijo...

Que viva la libertad de expresión.
Y todos teniamos que tener la capacidad de compresión de aceptar las ideas ajenas.