jueves, 26 de junio de 2008
Tatsumi Orimoto: metáforas de la (in)comunicación
Con motivo de PalmaPhoto 08, la Galería Maior presentó en su espacio de Palma una selección de fotografías del artista japonés Tatsumi Orimoto (Kawasaki, Japón, 1946).
Conocido por las performances que lleva a cabo en exposiciones alrededor del mundo, Orimoto documenta estas acciones en series de fotografías que, más allá de ser un mero registro del evento, son obras en sí mismas. Su trabajo se centra en el cuerpo y la comunicación entre las personas, siendo su serie más importante la que ha dedicado a retratar el día a día de su anciana madre, quien sufre de Alzheimer desde los 70 años. El artista realiza un acercamiento a la vida cotidiana a través del absurdo, creando situaciones cómicas que pretenden no obstante llamar la atención del espectador hacia aspectos serios, como son las limitaciones físicas de los ancianos y el olvido al que son sometidos por una sociedad obsesionada por lo moderno, la belleza y la juventud. En este aspecto, el trabajo de Orimoto ha sido pionero al convertir en protagonistas de sus acciones a personas mayores y enfermos, sin adoptar una mirada trágica, sino por lo contrario alegre y positiva. Dedicado principalmente al cuidado de su madre, el artista hace de esta rutina cotidiana un trabajo artístico en la serie Art Mama, en la que se retrata junto a su madre en su casa o bien realizando diferentes acciones en el espacio público. En sus múltiples participaciones en exposiciones y bienales de arte, Orimoto lleva a cabo varias acciones en las que el pan es su elemento fetiche. Con este alimento crea Bread Man, un personaje con el que ha recorrido ciudades de distintas partes del planeta, estableciendo una curiosa comunicación con personas de las más diversas culturas. A veces se presenta de forma individual y otras reúne a un gran grupo de Bread Men que recorren las calles con él y llevan a cabo diversas acciones. Otra serie característica de su trabajo es Oil Cans+People, que consiste en la disposición ordenada en un espacio de varios bidones vacíos, en los que se colocan personas de varias edades y ocupaciones, entre ellas la madre de Orimoto y el propio artista. La disposición de las personas, estáticas y mirando al frente, habla del aislamiento al que nos lleva la sociedad actual y la cosificación de las personas, convertidas en parte de una industria. La obra de Tatsumi Orimoto se mueve así de lo íntimo a lo global.
Etiquetas:
Exposiciones
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