Nacimiento de Pegasín de la cabeza de Medusa, ilustración de Susana Velasco
Cuenta Hesiodo en la Teogonía que Poseidón se había acostado con Medusa, una de las tres Gorgonas y que la dejó encinta -las otras dos eran Esteno y Euríale-. La leyenda cuenta que las tres Gorgonas tenían una mirada tan penetrante que todo aquel que se atreviese a mirarlas directamente a los ojos quedaba convertido en piedra. Estos seres - también según la leyenda- poseían además otros encantos manifiestos y ocultos, como que sus cabellos fueran serpientes, que su piel estuviese cubierta de escamas, lucir colmillos en lugar de dientes o el don de la sanación en su sangre, pero ésta sólo curaba cuando brotaba del lado derecho, si lo hacía del izquierdo se convertía en el más letal de los venenos.
Por separado, cada una de las Gorgonas tenía sus particularidades. Esteno poseía una extraordinaria fuerza psíquica y física de la que se servía para manipular a todos aquellos que se acercaban. Euríale era la madre del Destino, creadora del mundo del Caos e inspiraba a las pitonisas, encantadoras de serpientes; y de las tres, Medusa era la única que no poseía el don de la inmortalidad.
Para abreviar el relato –en los orígenes hay todo un culebrón olímpico por fascículos- el tirano Polidectes mandó a Perseo que le trajese la cabeza de Medusa, y éste emprendió viaje hacia Occidente con el propósito de matarla. Para lograr su hazaña el héroe contó con la ayuda de Hermes y Atenea. Se elevó en el aire con las sandalias aladas de Hermes, y usó como espejo, para no mirarla directamente a los ojos, el escudo de bronce de Atenea. Del cuello decapitado de Medusa, nacieron los dos hijos de Poseidón: el gigante Crisaor, "el de la espada de oro", y Pegaso, el caballo alado inmortal, que ascendió hacia el Olimpo, momento que aprovechó Perseo para montarlo y huir de las otras dos Gorgonas.
A partir de entonces Pegaso se puso al servicio de Zeus, llevándole el trueno y el relámpago: también era el encargado de conducir el carro de Aurora, que con su paso anuncia día, antes del amanecer. Como agradecimiento Zeus lo convirtió en una constelación formada por cuatro magníficas estrellas brillantes en forma de cuadrilátero.
El nombre de Pegasus, deriva de Pagé que en griego significa “manantial”. Y es que este caballo de carácter indomable poseía el poder de hacer surgir el agua allí donde pisase. Con una de sus coces brotó la fuente Hipocrene «manantial del caballo», en la ladera del monte Helicón, consagrado a las Musas y que, según se cree, es la fuente de la inspiración poética. Su carácter indómito fue un reto para todos aquellos que querían domarlo, como, por ejemplo, el príncipe corintio Belerofonte, que se obsesionó con la idea de atrapar a Pegaso, aunque ésta ya es otra historia.
En el cielo, Pegasus es una constelación boreal situada entre los paralelos 30º y 10º de latitud norte. En este hemisferio es visible desde los meses de Julio hasta Enero. Tiene forma de cuadrilátero formado por cuatro estrellas de segunda magnitud pero, curiosamente, la que se ve en el extremo occidental superior pertenece a la vecina constelación de Andrómeda.
El establo de Pegaso
El nacimiento del establo virtual de Pegaso fue en abril de 2008, pero el proyecto es bastante anterior. Surgió en 2003, a raíz de tener que escribir sobre una exposición de la pintora rusa de los años veinte Liubov Popova. Consultando información sobre esta época tan fascinante y movida de las vanguardias encontré que un grupo de escritores habían abierto por esta época un café llamado el establo de Pegaso, por el que pasaban futuristas, imaginistas … y todo tipo de “-istas” . El nombre me pareció buenísimo. De inmediato, vi. la figura de Pegaso enloquecido dando coces en el suelo y surgiendo en cada una de ellas un manifiesto. Cubismo; futurismo, cubofuturismo, rayonismo, supremanismo… Posteriormente, escribí toda una serie de poemas, en la que cada uno de ellos llevaba el nombre de un movimiento, y todas juntas se llamaban el establo de Pegaso. Más tarde pensé que podía ser buen nombre para un blog dedicado a literatura y afines. Quizá cuando comencé con él debiera haber contado la historia de Pegaso, y a estas alturas ya debiera haber colgado algún poema de Esenin o Maiacovski (estoy en deuda), pero días atrás cuando me llegó un dibujo de Susana Velasco titulado el nacimiento de Pegasín, pensé que era el momento de sacar toda la historia de su nacimiento mitológico y virtual ¡más vale tarde que nunca1.
2 comentarios:
Da gusto contigo enterarse de las caballerizas de la mitología y el nacimiento de algunos poemas en tu cabeza...
Y además era un caballero del zodiaco, esa serie me chiflaba de pequeño.
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