/ El establo de Pegaso: Marianne Moore

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Marianne Moore



Esta mujer me atrapo con su definición de la poesía en tres líneas:
"A mi también me desagrada.
Sin embargo, al leerla con perfecto desprecio, se descubre
en ella,
después de todo, un sitio para lo genuino"


El reparador de agujas de campanario


Durero habría encontrado motivos para vivir

en una ciudad como ésta, con ocho ballenas varadas

para contemplar; con el dulce aire marino llegando hasta la casa

en un día claro, desde el agua grabada

con olas tan formales como las escamas

de un pez.

De a una, de a dos, de a tres, las gaviotas no dejan

de sobrevolar de un lado a otro el reloj de la ciudad,

o de planear en torno al faro sin mover las alas

-elevándose firmemente con una leve

torsión del cuerpo- o de congregarse

graznando donde

un mar del púrpura del cuello de un pavorreal

se empalidece hasta el azul verdoso, del mismo modo que Durero cambió

el verde pino del Tirol por el azul pavorreal y el gris

guinea. Se puede ver una langosta

de veinticinco libras y redes de pesca

puestas a secar. El

remolino de pífano y tambor de la tormenta mece el salado

pastizal de la marisma, perturba a las estrellas del cielo

y a la estrella de la aguja; es un privilegio ver

tanta confusión.

El reparador de agujas, de rojo, ha dejado

caer una cuerda como una araña que hila una hebra;

podría ser parte de una novela, pero en la vereda

un cartel reza C.J. Poole, Reparador de agujas de campanario,

en blanco y negro; y otro en rojo

y blanco dice

Peligro. El pórtico de la iglesia tiene cuatro columnas

acanaladas, cada una de piedra de una pieza, vueltas

más modestas por el encalado. Sería adecuado refugio

de granujas, niños, animales, prisioneros,

y presidentes que han pagado

a senadores

propensos al pecado no acordándose de ellos. Se ve

una escuela, una estafeta postal en una

tienda, casas de peces, casas de aves, una goleta de tres palos

en construcción. El héroe, el estudiante,

el reparador de campanarios, cada uno a su manera,

se siente en su casa.

Difícilmente podría ser peligroso vivir

en una ciudad como ésta, de gente simple

que hace que el reparador de campanarios ponga avisos de peligro

junto a la iglesia cuando está dorando la sólida

estrella puntuda que, sobre la aguja,

representa la esperanza.


Marianne Moore. La traducción es de Mirta Rosenberg y Hugo Padeletti.

Marianne Moore: Poesías reunidas. Edición bilingüe. Hiperión.

Pangolines, unicornios y otros poemas. Acantilado, 2005.


WEB de Poesía americana moderna

2 comentarios:

Unknown dijo...

El gustazo es este blog lleno de buena poesía. De verdad, con todo el cariño del mundo, mis felicitaciones...
Y más nubes lenticulares...
http://www.crystalinks.com/lenticular.html

salut

EG dijo...

Hola Elena! estoy muy contenta de haber llegado hasta tu blog, fue a través del poema de la Hindú Kamala Suraiya, y me quedé leyendo. Es que el blog que poseo es solo de poesía escrita por mujeres...es por eso que te felicito por la selección que tenés acá. Todo muy hermoso. Saludos.