/ El establo de Pegaso: Julio Huasi

martes, 13 de diciembre de 2011

Julio Huasi




humanería

el hombre es una estrella orgánica formada
por siete décimas partes de agua (impía);
el resto es un sólido furor, un fuego obseso
que lo incinera tenuemente en la olla mundial,
sus cinco puntas crepitan apasionadas.
Mi conmoribundo es una burbuja crucial, un gas equívoco,
una ebullición que rota sin aliento
y es muy riesgoso calentarse en demasía,
uno exhala un humito y se evapora.
Seres tan líquidos unos beben a los otros
y éstos perdidas por perdidos, en el último
suspiro de su deshidratación bramando
escupen llamas, arman un gran hervor final
para abolir la succión del hombre por el hombre.

Del poemario “Sangral América”

la pieza

apenas quepo, me estrello conmigo a cada rato,
mis fantasmas no pueden hacer uso de rincones
ni botellas, estamos todo el día frente a frente,
un día sacamos la navaja y habrá sangre.
Tu recuerdo de fuego, tu inolvidable aroma
tengo que llevarlo en las costillas, no hay otro lugar
y cuando entre el sol –de canto- yo me voy,
me descuelgo, no cabemos los dos juntos.


cosmópolis

conversó largamente con epicuro antes de saltar de su caballo
y ponerse en la boca aquel smith and wesson 44 imitación
con el que se trabucara los soles y estrellerías de chile
para beberse toda la muerte de un solo trago
y seguir rugiendo por sus cráteres, remezón de bardos cíclopes.


a
miguel ángel bustos
augusto carmona
haroldo conti
roque dalton
víctor jara
augusto olivares
mauricio rosencof
roberto santoro
francisco urondo
rodolfo walsh
y todos, todos
los hermanos,
donde estén

tu frío es más antiguo que los pobres
y tus vientos, darling, penetran por mis tajos,
me terminan de esparcir por tu nochumbre
blue cual un largo asesinato sin aullidos, muy love.
huyo de tus bayonetas goteantes, ranger mía,
me arrastro por el túnel de mis huesos
que ya no tienen sitio para mí, yo que
les di de comer, preciosa, antes del holocausto.
tiritan las uñas, las torres y las calaveras
resuenan sus dentaduras resecas
que dios olvidó desconectar, salgamos
a bailar, baby, es nuestra pieza preferida.
y están vacíos tus bares y colmadas tus plazas, dolly,
humanerías carneadas flamean en tus faroles
una luz rosada sobre tu rocío que cae en
panes tibios, fragantes aún a harina de cadáveres,
my sweet, déme un beso reina, mejilla a mejilla
sigamos el swing, la música suave de los tanques
que laminan a tus niños prófugos contra el dulce asfalto,
dancemos al compás de los disparos, cariño, y las
sirenas sicodélicas de tu Cacería Strip,
de pie, muertitos, es el himno nacional.
piedad, piedad, por qué me has abandonado.

De su libro “Asesinaciones”

Julio Ciesler, conocido como Julio Huasi (1935-1987)

3 comentarios:

Luz dijo...

Impresionante!!Qué maravilloso poeta!!!

Establo Pegaso dijo...

Es buenísimo,y el primer poema una maravilla.

Domingo dijo...

qué bien, encontrarme por acá poemas de julio huasi, gracias por publicarlos
http://lacosaquearde.blogspot.com/search/label/Julio%20Huasi