/ El establo de Pegaso: Agustín García Calvo

jueves, 22 de septiembre de 2011

Agustín García Calvo



Poemas de Agustín García Calvo versionados por Chicho Sánchez Ferlosio y Amancio Prada

La gracia nevando



Don din
din dan
ya.
La gracia nevando
y el puerco sangrando
la perla temblando
la llama llamando
y el chantre cantando
y el ama amasando
nevando
la gracia en la ciudad
sin fe.
Dónde, dónde, dónde fue.
Pues aquí
pues allá
no sé...
Pero ¿qué más da?
La luna rocío
el sol su sed
el rico oro
el pobre palidez.
Eh, eh
ah, ah.
Uno solo tiene aquello que da.
Don din
din dan
ya.
Nacida la vida
la peña florida
la loba dormida
la casa caída
la leche vertida
la cierva parida
la vida
nacida de la mar
sin fe.
Cómo, cómo, cómo fue.
Pues así
pues asá
no sé...
Pero ¿qué más da?
Tristeza el espejo
los ojos miel
amor el hombre
justicia la mujer.
Eh, eh
ah, ah.
Lo que olvide uno
todo eso sabrá.
Don din
din dan
ya.
La grana granada
y el alba alborada
la mora morada
la pólvora helada
la carne encarnada
la sombra asombrada
granada
la grana de la paz
sin fe.
Cuándo, cuándo, cuándo fue.
Pues ayer
pues será
no sé...
Pero ¿qué más da?
La cal delirio
el vino pez
el reo cáñamo
y terciopelo el juez.
Eh, eh
ah, ah.
Cuando ciegue el alma
el ciego verá.
Don din
din dan
ya.
La muerte muriendo
y el río riendo
y el papa paciendo
y el lirio liriendo
y el credo creyendo
y adán sin atuendo
de estrella en estruendo
reverdinaciendo
muriendo
muriendo la fidelidad
sin fe.
Cuándo, cómo, dónde, qué.
Te diré
pues verás
no sé.
Pero ¿qué más da?
Eh, ah.
Todo lo que esperes
jamás lo verás.
Don din
din dan
din don dan.

(Version de Chicho Sánchez Ferlosio).

Solo de lo negado canta el hombre
Poema de Agustín García Calvo, cantado por Amancio Prada.



Solo de lo negado canta el hombre,
solo de lo perdido,
solo de la añoranza,
siempre de lo mismo.

Cuando cerro para siempre el huerto
la cancela de espinos,
entonces inventó la queja de la lira,
la flauta del suspiro.

Y desde entonces solo canta
en su torre el cautivo.
a su rueca la esclava,
el desterrado en el navío.

De la jaula aletea y sangra
el pájaro desconocido;
salir quiere y no puede,
su jaula es el mismo.

Y por eso el minero canta,
por un sol de oro limpio.
Canta el pobre, la pena canta,
no canta el rico.

Entre las piernas de la amiga,
vida busca el amigo,
y se encuentra con un tesoro,
de verdes ojos fríos.

Y así es como canta el hombre,
por su niño antiguo,
y la boca, sin pan y sin besos
y el cielo vacío.

Siempre de la añoranza,
de lo negado, de lo perdido.
Siempre de lo de otro,
nunca de lo mío.


Tu cuya mano
(Versión de Amancio Prada y Chicho Sánchez Ferlosio)



¡Quieta ahí, fiera!



Agustín García Calvo (Zamora,1926)

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5 comentarios:

batalla de papel dijo...

Un placer inmenso recorrer tu espacio. Hermosa selección de poemas de Agustín García Calvo.
Un abrazo

Establo Pegaso dijo...

Gracias, María. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Emociona oír a Amancio y Chicho. Gracias, Elena, por recordarnos a Garcia Calvo. Un lujo asomarse a este blog.

Anónimo dijo...

superplacer los poemas de García Calvo.gracias

Editorial Lucina dijo...

Para aquellos que estén interesados en conocer más a fondo la obra de Agustín, aquí les dejo el enlace a su página web, con las Tertulias, Artículos y el catálogo online, un saludo.