Hotel Insomnia
Me encontraba a gusto en mi pequeño agujero
la ventana daba a una pared de ladrillo.
En el cuarto de al lado había un piano.
Algunas tardes al mes
un viejo inválido venía a tocar
'My Blue Heaven'.
Pero normalmente era un lugar tranquilo.
Cada cuarto tenía su araña con un pesado abrigo
y una mosca atrapada en su tela
de humo de cigarros y ensueño.
Estaba tan oscuro que no alcanzaba ni a ver mi cara
en el espejo cuando iba a afeitarme.
A las cinco de la mañana el sonido de unos pies descalzos en el piso de arriba.
Era el gitano adivino.
Alguien en el local de la esquina
se levantaba a mear después de una noche de amor.
Una vez oí, también, el llanto de un niño.
Estaba tan cerca que pensé,
por un momento, que era yo quien lloraba.
Hotel Insomnia
I liked my little hole,
Its window facing a brick wall.
Next door there was a piano.
A few evenings a month
a crippled old man came to play
"My Blue Heaven."
Mostly, though, it was quiet.
Each room with its spider in heavy overcoat
Catching his fly with a web
Of cigarette smoke and revery.
So dark,
I could not see my face in the shaving mirror.
At 5 A.M. the sound of bare feet upstairs.
The "Gypsy" fortuneteller,
Whose storefront is on the corner,
Going to pee after a night of love.
Once, too, the sound of a child sobbing.
So near it was, I thought
For a moment, I was sobbing myself.
Hotel Cielo Estrellado
Millones de cuartos vacíos con los televisores encendidos.
aún yo no estaba ahí, pero lo vi todo.
En la pantalla el Titanic hundiéndose
como un pastel de cumpleaños.
Poseidón, el recepcionista nocturno, apagó las velas.
¿Qué propina deberíamos dar al botones ciego?
A las tres de la mañana la máquina expendechicles
en el vestíbulo vacío
con el espejo hecho trizas
es la nueva Madonna con niño.
Selected Late and New Poems Charles Simic
EN LA BIBLIOTECA
Para Octavio
Hay un libro que se llama
“Diccionario de los ángeles”.
Hace cincuenta años que no lo abre nadie.
Lo sé porque, cuando lo hice,
las cubiertas crujieron y las páginas
se deshicieron. Aprendí en ellas
que los ángeles fueron abundantes
como especies de moscas.
Cuando se hacía de noche, el cielo
se llenaba de ángeles.
Había que agitar los brazos
a cada rato, para espantarlos.
Ahora brilla el sol
tras las altas ventanas.
La biblioteca está siempre en silencio.
Los dioses y los ángeles se apiñan
en oscuros volúmenes no abiertos
nunca por nadie. El gran secreto
yace en algún estante ante el que pasa
cada día Miss Jones, que hace su ronda.
Es muy alta, y mantiene
la cabeza inclinada, igual que si escuchara.
Son los libros: susurran.
Yo no, pero ella escucha.
Traducción de AURELIO ASIAIN en Letras Libres
Charles Simic (Belgrado,1938)
sábado, 15 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Simic me gusta mucho. Genial el enlace a su obra para poder ver cosas suyas en inglés.
Publicar un comentario