Somos huéspedes desconocidos
Somos huéspedes desconocidos
en la casa del mundo
el mar la ola el escollo
el navegante descubriendo
la ausencia de boyas
somos el ojo que ve el ojo
y la visión que nos borra
somos aquello que miramos
en el fondo de los ojos
y que sabe que somos
somos lo único y el número
la cosa y su contrario
la multiplicación de lo visible
el ojo abierto sobre lo invisible
somos la sombra de la sombra
que entre la oscura claridad del sueño dormita
somos la huella sobre la arena
somos cada letra del alfabeto
somos el oráculo y el homenaje
la máscara suspendida en el árbol
el templo y el objeto ofrecido
a la luz muerta del templo
somos la pregunta
que no exige respuesta
somos la pregunta y la respuesta
ya que ellas no suman más que uno
somos el círculo
que se crea él mismo ad infinito
caminamos a grandes pasos en los dos sentidos
el calendario de los hombres
como una escala del horizonte
antes de ser invitados a franquear
de un salto el vacío que nos separa
de nuestro nacimiento
oscilando entre ebriedad y terror
somos eso que sabemos
y aquello que ignoramos
lloramos lágrimas de ámbar
somos la primera y la última palabra
la estrofa y el canto
y la boca que deseamos
aferrar a la cara del silencio
somos la mano insumisa
que traza el signo
el vértigo delante del abismo
abierto por el poema
cuando una palabra en nosotros duda ser dicha
alcanzamos la soledad más íntima
somos el paso y la marcha
el camino y la vía
y el último umbral que franquearemos
somos el lugar donde termina el mundo
aquel donde comienza.
Traducción de Rafael Patiño
Amina Saïd,Túnez,1953
martes, 22 de septiembre de 2009
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1 comentario:
Gracias Elena por tu saludo y parabienes. Un abrazo desde La antigüedad de los días.
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