Los juegos de la ira
Primero todos intercambiaban con él el pan y la sal. Después manifestaron, torvos, que él había dejado de merecer el pan. Que quizás nunca lo había merecido. Y se lo suprimieron. Él esperaba, sometido a la lógica, que le fuera retirada la sal, ahora inútil. Pero un día vinieron, uno tras otro, minuciosos y acordados, lo estaquearon y desgarraron parte de su piel. Luego extendieron sobre las heridas toda la sal a la que tenía derecho, retirándose con la perversa seguridad de que no le sería posible acusarlos de ese pecado tan denostado, la avaricia.
Donde vuela el camaleón. Ediciones Sin Nombre, Casa Juan Pablos (México) .
Gratitudes de verano
En el verano:
viento de la esquina,
verde sobreviviente en la sequía,
tenue, obstinada nube que aparece
y cruza sola el cielo imperturbable,
agasajo de la sombra del árbol,
vaso de agua al regreso: muchas gracias.
Rapado, el pasto tiene olores
a pequeño cadáver indeciso,
otra culpa del verano profundo.
Desolada de ferocísimo sol,
esta pared lo escupe. Sólo faltan
tristezas de pájaros agónicos
para mojar el borde de un pañuelo.
A ti, alfabeto,
gracias te sean dadas,
por acudirme, pese a esta miseria:
musitas y aminoras con memorias
de milagrosas y narradas lluvias,
de mares y manzanas, tanto agobio,
que olvido este calor y que aún lo escribo.
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Sumas
caballo y caballero son ya dos animales
Uno más uno, decimos. Y pensamos:
una manzana más una manzana,
un vaso más un vaso,
siempre cosas iguales.
Qué cambio cuando
uno mas uno sea un puritano
más un gamelán,
un jazmín más un árabe,
una monja y un acantilado,
un canto y una máscara,
otra vez una guarnición y una doncella,
la esperanza de alguien
más el sueño de otro.
De Reducción del infinito 2002
Ida Vitale
2 comentarios:
Que pasada. Me han gustado mucho. Recuerdamelo. Un besote
Jose Rubiales
Gracias por descubrirme autor@s tan buenos desconocidos para mi.
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