/ El establo de Pegaso: Gjertrud Schnackenberg Pesca Nocturna

jueves, 15 de julio de 2010

Gjertrud Schnackenberg Pesca Nocturna



Pesca Nocturna

En la cocina el viejo reloj del campo muestra
Una sonriente luna hundiéndose bajo
Dos hemisferios, las estrellas innumerables como días,
Y los guisantes, los tomates, las cebollas, creciendo
Bajo ese cielo feliz, pero a pesar de que las arenas
Del tiempo vistan este vegetal disfrazado,
El reloj se cubre la cara con sus manos largas y delgadas.
Otra luna sonriente comienza a alzarse.

Vamos a la deriva en un pequeño bote una hora antes
De que comience el día, en el lago la maleza ha crecido tanto
Que toca la superficie, enredándose en un remo.
Has traído café, cigarros, y me has traído a mí.
Estás inmóvil, como una estatua en una sala,
pendiente de las truchas. Un murciélago corta el aire
Cerca de nosotros, grito, me miras, eso es todo,
Una larga mirada, una sonrisa en todas partes
Excepto en la boca. Las colinas poderosas devuelven el grito.
Vuelves de nuevo a lo tuyo, la merluza, te ríes, y muerdes
Con los dientes el cigarro. Miramos el agua
Negra, juntos. Nuestros zapatos están húmedos.
Algo se mueve en tu rostro pensativo, retrocede.
Aquí, por primera vez, veo cómo,
Al igual que un pez se esconde en las profundas hierbas acuáticas,
Un pensamiento de muerte acecho en el fondo, enseña
Un ojo, y luego desaparecerá en silencio.
Es la hora de irse. Sobre las colinas veo
A la luna ocultándose lentamente,
Mar de la Tranquilidad, Mar de la Serenidad,
Océano de las Tormentas ... Comienzas a remar, el bote
roza el lago donde la luz comienza a extenderse.
Alzas los remos al aire. Giramos, flotamos.

Estoy en la cocina. Llevas tres días muerto.
Sale la luna sonriente sobre la tierra fértil,
Blancas estrellas y vegetales. El cielo es azul.
Las manecillas del reloj recorren todo, giran todo,
Empujándome, sin remos, de tu orilla.

Traducción casera, asistida por ordenador

Nightfishing

The kitchen's old-fashioned planter's clock portrays
A smiling moon as it dips down below
Two hemispheres, stars numberless as days,
And peas, tomatoes, onions, as they grow
Under that happy sky; but though the sands
Of time put on this vegetable disguise,
The clock covers its face with long, thin hands.
Another smiling moon begins to rise.


We drift in the small rowboat an hour before
Morning begins, the lake weeds grown so long
They touch the surface, tangling in an oar.
You've brought coffee, cigars, and me along.
You sit still, like a monument in a hall,
Watching for trout. A bat slices the air
Near us, I shriek, you look at me, that's all,
One long sobering look, a smile everywhere
But on your mouth. The mighty hills shriek back.
You turn back to the hake, chuckle, and clamp
Your teeth on your cigar. We watch the black
Water together. Our tennis shoes are damp.
Something moves on your thoughtful face, recedes.
Here, for the first time ever, I see how,
Just as a fish lurks deep in water weeds,
A thought of death will lurk deep down, will show
One eye, then quietly disappear in you.
It's time to go. Above the hills I see
The faint moon slowly dipping out of view,
Sea of Tranquillity, Sea of Serenity,
Ocean of Storms... You start to row, the boat
Skimming the lake where light begins to spread.
You stop the oars, midair. We twirl and float.


I'm in the kitchen. You are three days dead.
A smiling moon rises on fertile ground,
White stars and vegetables. The sky is blue.
Clock hands sweep by it all, they twirl around,
Pushing me, oarless, from the shore of you.

Gjertrud Schnackenberg (Tacoma, Washington, 1953) Supernatural Love Poems 1976-1992

1 comentario:

Pedro Donangelo dijo...

Hermoso poema. Lo incluí en mis Páginas seleccionadas. Gracias por presentarlo.