Araña dorada
Araña dorada
Esa araña dorada que vive en tu jardín
es la misma que se instaló una noche en medio de mis ojos.
Perforó mi frente y estableció su casa
nadie pudo sacarla.
Se irá cuando ella quiera
(Tal vez no se irá nunca)
O ya se ha ido.
Lunes
I
Amanezco entre nieblas de jabón perfumado
y visito los cuartos.
Allí el sueño espía entre dos pétalos pequeños
y una boca perfecta
sonríe
quien sabe a qué duende secreto y misterioso.
Y también aquel otro
donde la frente pálida
esconde sus abismos
caminos que suelen bifurcarse
y que huelen a hierbas.
Después voy al encuentro
de la casa más grande
donde todo es afecto y modelar la vida.
Donde se enseña con un grano de arena
cómo formar una montaña
Y es importante sentirse pájaro
y leer el secreto de las nubes.
II
Tallar en el viento
cantarle a los días
respirar las noches
aprender a sumar con las viejas estrellas.
También la muerte me espera agazapada
detrás del número bíblico del diablo
Sin embargo es tan dulce
elevarse en las llamas.
Callar sin respuesta.
Y en el atardecer
todo se vuelve mágico:
atravesar la pesada y negra puerta
subir las escaleras alfombradas
y entrar en el recinto
donde el tiempo nos dejó
una sonrisa enigmática y algo altiva.
Esa isla de madera
con aroma a papel
a tinta y cuero.
Olga Edith Romero (La Plata, 1949)
3 comentarios:
Muy bonito.
Me gustan, especialmente el de la araña dorada, es de lo más sugerente
Tengo tu libro en mi casa, las métricas. No recuerdo cómo ha llegado a mis manos. TAmbién ha sido curioso cómo he llegado a tu blog, pues buscaba una fotografía del Nacimiento de Venus, de Boticelli. En cuanto he visto la portada de tu libro lo he recordado enseguida. TEnemos cosas en común. Yo también escribo y sigo el vuelo de las aves. Hace días que un cernícalo dejó de volar frente a mi ventana. Escuché cuatro tiros de escopeta. Tengo un blog donde he colocado mis viejas poesias con fotos que hago de la naturaleza que me rodea, buscando la belleza, pero es tan dificil...
Te saludo, poetisa. Tu libro tiene cosas que me gustaron mucho. Volveré a este blog.
Celia Zaragozá.
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