/ El establo de Pegaso: junio 2015

martes, 9 de junio de 2015

El cometa Halley de Stanley Kunitz



El cometa Halley
Cuando estaba en primer curso la Señorita Murphy
escribió su nombre con tiza
en la pizarra y nos dijo
que estaba rugiendo en la dirección de las tormentas
de la Vía Láctea a una velocidad de vértigo
y que si se desviaba de su trayectoria
se estrellaría contra la tierra y
al día siguiente no habría escuela.
Un predicador de las colinas con barba roja
y una mirada salvaje en los ojos
de pie en la plaza pública
junto al parque infantil
decía que él había sido enviado por Dios
para salvarnos a cada uno de nosotros,
incluso a los niños pequeños.
“Arrepentíos, pecadores!” -gritaba,
agitando un cartel escrito a mano.
Durante la cena me sentí triste al pensar
que era probablemente
la última comida que compartiría
con mi madre y hermanas,
pero estaba tan emocionado
que apenas probé bocado.
Mamá me riño
y me mandó pronto a la cama.
Toda la familia duerme,
excepto yo. No me oyeron
cruzar el pasillo y subir
la escalera para sentir el aire fresco de la noche.
Mírame, Padre, en el tejado
del edificio de ladrillo rojo,
al pie de Green Street-
que es donde vivimos, ya sabes, en la planta de arriba.
Soy el chico de la ropa de franela blanca
tendido en esta cama de grava gruesa
buscando en el cielo estrellado,
esperando el fin del mundo.

Stanley Kunitz (1905-2005)


Halley’s Comet

Miss Murphy in first grade
wrote its name in chalk
across the board and told us
it was roaring down the stormtracks
of the Milky Way at frightful speed
and if it wandered off its course
and smashed into the earth
there’d be no school tomorrow.
A red-bearded preacher from the hills
with a wild look in his eyes
stood in the public square
at the playground’s edge
proclaiming he was sent by God
to save every one of us,
even the little children.
“Repent, ye sinners!” he shouted,
waving his hand-lettered sign.
At supper I felt sad to think
that it was probably
the last meal I’d share
with my mother and my sisters;
but I felt excited too
and scarcely touched my plate.
So mother scolded me
and sent me early to my room.
The whole family’s asleep
except for me. They never heard me steal
into the stairwell hall and climb
the ladder to the fresh night air.

Look for me, Father, on the roof
of the red brick building
at the foot of Green Street—
that’s where we live, you know, on the top floor.
I’m the boy in the white flannel gown
sprawled on this coarse gravel bed
searching the starry sky,
waiting for the world to end.

‘Halley’s Comet’ from The Collected Poems of Stanley Kunitz.

El cometa Halley, oficialmente denominado 1P/Halley, orbita alrededor del Sol cada 76 años aproximadamente. Es uno de los cometas de “periodo corto” mejor conocidos y más brillantes del cinturón de Kuiper y debe su nombre al astrónomo Edmund Halley que, en 1705, calculó su órbita. La última vez que pudo verse desde la Tierra fue en el año 1986, se calcula que su vuelta será en el año 2061.
Es el único cometa que, con suerte aparece dos veces en una vida humana – el nacimiento y la muerte del escritor Mark Twain ocurrieron muy próximas a apariciones consecutivas de Halley, en 1835 y 1910-.