sábado, 18 de enero de 2014
Defensa de los lobos contra los corderos
Defensa de los lobos contra los corderos
¿queréis que los buitres devoren nomeolvides?
¿del chacal qué cosa pretendéis,
que se despoje de su piel, y del lobo:
debe arrancarse por sí mismo los colmillos?
¿qué os disgusta tanto
de comisarios y pontífices?
¿qué miráis boquiabiertos
en la mentirosa pantalla del televisor?
¿quién le cose al mariscal
la franja de sangre en los pantalones?
¿quién le trinca el capón al usurero?
¿quién se cuelga orgulloso del ombligo gruñón
esas cruces de lata? ¿quién
coge la propina, la moneda de plata,
el óbolo del silencio?
muchos son los robados, y pocos los ladrones.
pero ¿quién los aplaude? ¿quién
los condecora y distingue? ¿quién
está hambriento de mentiras?
contemplaos al espejo: cobardes
que os asusta la verdad fatigosa
y os repugna aprender
y encomendáis a los lobos la función de pensar.
un anillo en la nariz es vuestra joya predilecta.
para vosotros ningún engaño es lo bastante estúpido,
ningún consuelo demasiado barato,
ningún chantaje demasiado blando.
comparados a vosotros, corderos
que mutuamente enceguecéis
son fraternales las cornejas. - 13 -
Entre los poetas míos… Hans Magnus Enzensberger
entre los lobos reina la hermandad:
siempre van en manadas.
alabados sean los ladrones: vosotros
invitándolos a la violación,
os echáis en las camas podridas
de la obediencia, y mentís
incluso gimoteando, lo que deseáis
es que os devoren. Vosotros
no cambiaréis el mundo.
Magnus Enzensberger. Traducción de Heberto Padilla
Blues de la clase media (Middle class blues)
No hemos sido despedidos del trabajo.
No pasamos hambre.
Nosotros comemos.
Crece la hierba,
el producto social,
las uñas,
el pasado.
Las calles están vacías.
Los cierres son perfectos.
Las sirenas callan.
Todo eso pasará.
Los muertos han hecho su testamento.
La lluvia se ha transformado en llovizna.
La guerra aún no ha sido declarada.
Eso no corre prisa.
Comemos la hierba,
comemos del producto social,
comemos las uñas,
comemos el pasado.
Nada tenemos que ocultar,
nada tenemos que perder,
no tenemos nada que decir.
Lo hemos hecho.
El reloj se ha estropeado.
Las cuentas han sido pagadas
La colada ya está terminada.
El último autobús que pasa
está vacío.
No podemos quejarnos
¿Qué estamos esperando, pues?
Magnus Enzensberger (Versión: Demófilo.)
Etiquetas:
Hans Magnus Enzensberger
Suscribirse a:
Entradas (Atom)