/ El establo de Pegaso: Babas de ángel

lunes, 2 de diciembre de 2019

Babas de ángel

Por su longevidad, el tejo es un árbol que desde la antigüedad se ha relacionado con la eternidad. Sus hojas, madera, corteza y semillas son tóxicos, solo el arilo (envoltura roja que rodea la semilla) es comestible. A estas falsas bayas, en algunos lugares se las conoce como ‘babas de ángel’.


 Babas de ángel


Al final del camino, junto a la ermita,
se alza el Tejo del Paraíso,
el Edén sombrío creado por la materia amorosa de los hongos.
Quien prueba su fruto adquiere la ciencia de la tierra sabia
y por un instante intercambia su saliva con los ángeles
comulgando con la fracción de vida de la muerte
porque sus semillas esconden el misterio del retorno.
Quien come de sus bayas quiebra la fugacidad de toda huella
porque su pisada arraiga
y se convierte en vestigio
alcanzando la vida de tres cuervos, tres lobos, tres serpientes,
y desciende
tres ciervos, tres caballos, tres toros,
y desciende tres generaciones atrás
hasta llegar a las trece eras desde la creación.

Elena Soto, poema de Invierno sin corazón (Kernlose winter)

The Yew Fortingall (Taxus baccata) es un tejo milenario en el cementerio de la pequeña localidad de Fortingall en Perthshire (Escocia).


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