/ El establo de Pegaso: noviembre 2015

viernes, 20 de noviembre de 2015

Explorador polar de Joseph Brodsky


Explorador polar

Todos los perros huskies devorados. En el diario
ya no le quedan páginas en blanco. La foto sepia de su esposa
se cubre de palabras a modo de cuentas de abalorio,
añadiendo la fecha en cuestión como un lunar en su mejilla.
Con la foto de su hermana, tampoco tuvo piedad.
¡Había alcanzado nuevas latitudes!
Y, como la media de seda de una corista de varietés,
la gangrena va subiéndole hasta el muslo.

A Polar Explorer

All the huskies are eaten. There is no space
left in the diary, And the beads of quick
words scatter over his spouse's sepia-shaded face
adding the date in question like a mole to her lovely cheek.
Next, the snapshot of his sister. He doesn't spare his kin:
what's been reached is the highest possible latitude!
And, like the silk stocking of a burlesque half-nude
queen, it climbs up his thigh: gangrene.


Joseph Brodsky; (Leningrado, 1940- Nueva York, 1996)

Poemas de Joseph Brodsky en poemhunter.com

martes, 3 de noviembre de 2015

Diablos azules en el mar de la Serenidad

Mar de la Serenidad, Mar de las lluvias, Océano de las Tormentas, Mar de las Nubes, Mar de la Crisis… y también bahías, lagos y pantanos; muchos de los nombres vienen de una época en la que se creía que la Luna influía en el humor de la gente. Este poema recorre la cartografía lunar.


Diablos azules en el mar de la Serenidad

Diablos azules en el mar de las Lluvias,
solo con tocar el cristal
el meñique ya siente la tristeza de los perros
bajo los sauces de Babilonia.
Diablos azules en el mar de las Nubes,
en el algodón que quiso ser nieve,
pero olvidó la cadencia de los copos.
Diablos azules en las líneas de la palma,
en el mar de la Humedad,
en el temblor que sostiene
la mano del verdugo de pétalos
cuando la flor inclina la cabeza.
Diablos azules en el océano de las Tormentas,
y al acariciar la porcelana,
al rozar las vetas de la madera,
una fisura, áspera al gusto, estremece.
Lunamoto en el país de las grietas.
Diablos azules en el mar de las Islas,
en los cordones que atas con nudo frágil,
como la vida.
Diablos azules en el mar de la Serenidad,
en el lago de los Sueños,
donde hibernan las fechas con el santo del día,
junto con las botellas rotas de la fiesta.
Diablos azules en el mar de los Vapores,
en la bahía del Medio,
donde, pálidos como huesos, los serenos
velan el aroma de ceniza de patchouli
en el altar de Hécate.
Diablos azules en el mar del Frío
asomando la garra tibia en el almanaque,
celestes como icebergs,
flotando sobre paisajes que vivieron épocas convulsas.
Diablos azules susurrando al menguante giboso
en el mar de la Tranquilidad,
con el canto abatido de los cárabos.
Diablos azules forrajeando en el mar de Néctar
ajustando silabas y mapas al velo del paladar
bahía del Arco Iris, lago del Olvido…
La noches saben a caramelo y mezcal
en el mar de la Crisis.
Diablos azules varados en los muelles del limbo,
inlunados en jergones de azúcar impalpable
esperando que el alba pinte el día
como un payaso triste.

Este poema fue publicado en la sección poesía y ciencia de Tam Tam Press